XX

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Era para la madrugada del primero de enero pero ya no pude resistirme jajaja

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— ¡Jimin, amor!— llamó desde la sala, pareciendo impaciente. No recibió respuesta y estuvo a nada de llamar de nuevo cuando escuchó pasos por el pasillo y a su novio luciendo tremendamente bien con el abrigo rojo que él le había obsequiado.

— Estoy listo, perdón por tardar...— se disculpó, dejando un corto beso en sus labios entreabiertos por la sorpresa.

— Está... está bien, realmente no fue mucho.

— ¿Nos vamos?— esperó a que asintiera con la cabeza y comenzó a reír.— Las moscas se meterán a tu boca si no la cierras.— se burló, tomándolo del brazo y caminando con él de la mano.

Era diciembre, el último día del mes, del año. El viento soplaba frío y los árboles apenas tenían rastros de nieve en sus ramas desnudas.

La celebración por año nuevo se daría en la casa de Jungkook, con sus padres, la abuela de Jimin y Yoon también.

Al entrar a la casa, un dulce, cálido sentimiento familiar sintió Jimin y sonrió, entrando sin más y mirando a su abuela y a la señora Jeon preparar el comedor en el que comerían la cena más tarde.

— ¡Hemos llegado!— anunció Jungkook, a punto de robar un bocado pero su mamá golpeó su mano suavemente, advirtiéndole y haciendo reír al ahora rubio.

Se dispusieron a ayudar mientras esperaban la llegada de Yoon quien había avisado, llegaría un poco tarde porque iba a comprar un par de cosas.

El pavo estaba casi listo, Jungkook lo observaba a través del horno salivando por lo delicioso que se veía. Y es que quizá era la comida lo que más le apasionaba en estas fechas. Su madre a menudo cocinaba para él y su padre pero en estas fiestas, ella solía lucirse con los platillos. La cocina era uno de sus sitios favoritos.

Un ruido viniendo del piso de arriba lo hizo subir y encontrar a su padre cargando un par de cajas con las que le ayudó. Él le había dicho que colocaría un par de series de luces más en los jardines.

— Se ve poco apropiado para la ocasión.— dijo su padre.

Se dispusieron a arreglar juntos el pequeño jardín cuando Yoon se hizo presente, cargando un par de bolsos y una sidra en manos que seguro degustarían más tarde.

Lucía un largo abrigo camel y un vestido rojo abrigador y acorda a la ocasión. Jeon sonrió recibiéndola e invitándola a pasar.

— Jiminie, Yoonie llegó.

— Ahora voy...— avisó contento, despojándose de sus guantes para abrazarla.

— Parece que te has cruzado con muy buenas personas.— inquirió su padre al tenerlo cerca de nuevo.

— Debo decir que fue un buen año— sonrió.—, tengo a Yoon como mejor amiga y la quiero un montón. Tengo un novio al que amo, y sé que tal vez mi relación no es exactamente lo que querías para mí...

— Ah, Jungkookie...— dijo haciéndolo parecer un regaño.— Eres mi único hijo, eres todo para mí, lo sabes. No te preocupes por eso. Te hace feliz ¿No es así?— asintió.— Te ama, lo amas. Te cuida, te mima, es una persona muy cálida, amable, ¿Qué más puedo pedir? Estoy dejándole mi corazón en sus manos porque es todo lo que esperaba que encontraras.

Jungkook sintió sus ojos aguarse a lo largo de las sinceras palabras de su padre que abrazaban su cuerpo.

Su padre pareció notarlo a pesar de que luchó por ocultar su rostro y le abrazó palmeando su espalda, dejando un beso en su frente. Desapareció el frío de la noche como cuando él era pequeño y su padre le acunaba.

— ¡La cena está lista!— salió su mamá encontrándonos en medio del jardín abrazados.— Oh, es abrazo grupal.— emocionada se acercó a unirse, dejando a Jungkook entre ambos.

— Cenemos, muero por probar la comida de tu madre.

Al entrar Jimin parecía querer decirle algo con entusiasmo que inmediatamente cambio por preocupación cuando vió a su novio secar sus mejillas y sorber su nariz. Se acercó lentamente a él, acunando su rostro y buscando su mirada.

— ¿Todo bien?— esperó a que Jeon asintiese con una sonrisa para besar sus pómulos aún húmedos por las lágrimas.— Sentémonos, te prepararé un plato con mucha comida ¿Si?

— Bien.— rió divertido.

El reloj estaba a nada de marcar la media noche cuando todos tenían ya servidas sus copas con sidra y estaban reunidos ansiosos por festejar un nuevo año.

Cuando por fin llegó la hora, Jungkook volteó a mirar a Jimin. Se acercó a rodearlo en un fuerte abrazo y finalmente unir sus labios con los de él en un par de cortos besos a la par que sus ojos mantenían un amoroso contacto.

— Te amo.

— Te amo más.

Le sonrió, pellizcando su mejilla y yendo a abrazar a los demás. Agradeciéndole también a su abuela y dejando un beso en su mejilla.

— ¡Vengan!, brindemos ahora.— anunció el señor Jeon, llevando la copa al centro.

Horas más tarde, cuando apenas y eran capaces de mantener los ojos abiertos, levantaron apenas la mesa para ir a tomar una corta siesta antes de que el sol apareciera.

Jungkook tan pronto como había subido a su habitación de la mano del peli azul, se recostó en la cama que esa noche compartiría. Abrió sus ojos lentamente cuando un aroma tan conocido inundó sus fosas nasales y enseguida un brazo le abrazó la cintura, acercándolos entre sí.

El castaño reposó su mano en la mejilla del más bajo, acariciando su pómulo e invitándolo a cerrar sus ojos cuando le acarició y besó los párpados, mirándolo con curiosidad. Sonrió y le abrazó la cintura también, abrazando con su pierna las piernas de su amado. Fue entonces cuando Jimin le miró a los ojos, conectando con una mirada que decía más que unas simples palabras. La sensación de mariposas revoloteando en sus vientres se avivó, haciéndolos sonreír.

— Jungkookie...

— Dime.

— Quiero estar así por hoy. Por siempre.

— Tus deseos son mis órdenes.— le sonrió, acariciando sus labios con los suyos.

Soltó un jadeo en medio del beso cuando sintió las manos de Jimin colarse debajo de su camiseta, acariciando su piel con un toque que su cuerpo parecía necesitar. Las manos que le tocaban, se aferraron a su cintura, haciéndolos rodar sobre la cama hasta que el más bajo logró el objetivo de tener a Jungkook sentando a horcajadas sobre sus piernas.

— Nos escucharán.— susurró Jungkook, más que perdido en las mil y un sensaciones que las manos de su novio le brindaban en la fría noche de enero. Dejándose hacer y deshacer. Permitiéndole despojarlo de la prenda que cubría su torso.

— Seremos silenciosos entonces.

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Este es su regalo de año nuevo ya que no hubo de navidad jajaja

Estaba muy insegura por si publicar la última parte de éste capítulo. Tenía muchas ganas de que ésta historia tuviera un poco de lemon, pero no sabía si les gustaría... Entonces solo escribí una pincelada de una escena, lo demás lo dejo a su imaginación :c

Bueno, siento feo decirles que el próximo capítulo será el epílogo :(

Espérenlo por favor, los quiero <3

Mi Amigo Tourette | JikookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora