XV

1.7K 181 8
                                    

Esa extraña sensación de volver a sentir vivo a alguien que ya no está, había vuelto.

El simple hecho de estar a bordo de un tren que le llevaría a la casa en donde Taehyung solía vivir, le traía tristes recuerdos.

El paisaje arboleado se veía como un borrón desde la ventana del tren. Jimin miraba al exterior con expresión neutra; recordándole.

En un hilo de recuerdos, imaginó la escena perfectamente grabada de su mejor amigo sonriendo, con los rayos del sol destellando sobre la piel canela de su perfilado rostro, recostado sobre las hojas secas de otoño en las que habían terminado recostados.

— ¿Qué haremos ahora?

— Quiero quedarme aquí.— sin poner mucho esfuerzo, se acercó al cuerpo del más bajo, cruzando sus manos sobre su estómago.

También recordando sus reconfortantes brazos rodearle y apoyarle cuando todo el mundo parecía ir en su contra, el característico olor varonil de su perfume, y la tierna mirada que mostraba cuando era alagado.

En medio de aquel tren lleno de pensamientos, sintió un suave apretón sobre su mano y luego sus dedos siendo acariciados con suavidad, jugueteando con los anillos a su pasó. Jimin miró al castaño sonriendo apenas, estaba entretenido con la mano ajena. Notó que su cabello había crecido considerablemente en dos semanas, llegando casi a rozar sus mejillas.

— Falta poco.— anunció dejando su mano y rodeando ésta vez sus hombros para atraerlo a sí, dejando que reposara su cabeza en su hombro.— ¿Te sientes bien?

Lo pensó por unos segundos en silencio, logrando que Jungkook le mirara confundido.

— Lo intento... No sé con qué me encontraré en su habitación, ni siquiera sé si a él le hubiese gustado que yo mirara sus cosas. Es... Es extraño, pero de alguna manera siento que lo que sea que encuentre entre sus cosas, me hará sentir mejor. Quizá incluso encuentre el diario de ambos o las fotografías que él tenía consigo.— rió de forma nostálgica reincorporándose en su asiento.— Ésto es increíble.

— Lo sé...

— ¿Crees que si hubiese insistido más en preguntar cómo estaba, ahora estaría bien?— Jimin negó con su cabeza, contestando a su misma pregunta.— Era imposible vencerlo...— completó él, dejando que Jungkook sujetara su mano fuertemente.

— Mejor piensa en que quizá encuentres fotos antiguas en donde tú y él estén juntos. Fotos qué tal vez ni siquiera sabías que existían.— volteó a él, dándose cuenta que habían llegado a la parada deseada.— Vayamos.

Las calles eran más pobladas que del lugar de donde ambos venían. Era un gran ciudad ruidosa.

Jungkook miraba con una sonrisa todo el lugar, no era la primera vez ahí, pero habían pasado varios años ya. Su mirada repentinamente llegó a toparse con el rostro de Jimin, luciendo perdido en sus pensamientos.

— ¿No crees que el otoño aquí es lindo?— al no recibir respuesta, le golpeó ligeramente con su brazo, intentando llamar su atención.— Jimin...— el mencionado le miró confundido, inmediatamente sacudió su cabeza, como dejando ir aquello en que pensaba.

— Lo siento, no estaba escuchándote.

— ¿No crees que el otoño es lindo aquí?— repitió sin dejar de mirarle.

Jimin asintió, pateando suavemente las hojas cálidas a sus pies.

— Tae decía que sentía que el otoño era suyo, por el como las hojas adornaban el jardín de su casa. Recibía una fotografía de ello cada año.— sonrió mirando al frente de nuevo.— Él me enseñó a amar el otoño.— regaló toda su atención a Jeon cuando éste le abrazó por lo hombros, atrayéndole a sí.

Luego de una larga caminata, habían llegado a una casa de aspecto antiguo, lucía considerablemente grande. El jardín era igual a la última fotografía otoñal que había recibido de su mejor amigo.

La mamá de Taehyung estaba demacrada, demasiado decaída pero aún así se esforzó por regalarles una sincera sonrisa antes de invitarlos a pasar. Su esposo había descuidado su aspecto ya. Al parecer había decidido llenarse de trabajo desde la perdida de su hijo.

Luego de una pequeña merienda, la señora Kim le había dicho que en cualquier momento podía ir a la habitación, y así lo hizo luego unos cuantos largos minutos debatiendo consigo.

Yacía de pie frente a la puerta de madera y con la mano sobre el frío pestillo. Al abrir, el suave aroma de Taehyung le invadió dulcemente. Sonrió al adentrarse y cerrar la puerta detrás de sí.

En una rápida vista a su alrededor, miró una antigua foto de ambos en un marco en la pared, se encaminó a pasos lentos antes de tomarlo en sus manos y encontrarse con una pequeña nota con una fecha escrita en ella "30/12/2000 feliz cumpleaños Taehyungie" con la letra desordenada de Jimin.

— No puedo creer que aún tuvieras ésto.— rió suavemente volviendo a poner aquello en su lugar.

Acarició su escritorio; ordenado por un lado y desordenado por el otro. Pasó las hojas de una pequeña libreta de ahí, leyendo las letras de Taehyung, en medio del pasar de las hojas, un pedazo de papel cayó llamando su atención. Era un fotografía de Hoseok cuando pequeño.

Finalmente había llegado la hora de abrir aquello que había estado evadiendo, un pequeño baúl del cual Taehyung le había hablado demasiado, y también mencionado que era su máximo tesoro.

Tomándolo con cuidado, se sentó en medio de la cama con las piernas cruzadas, cubriéndose con la manta. Miraba con detenimiento el baúl, sin tocarlo. De nuevo intentando guardar la calma y no soltar en lágrimas.

Un suave rechinido proviniendo de la madera anunciaba que lo había abierto. Estaba lleno en todos espacios con cosas que no eran visibles a simple vista. Se acercó para leer lo que las notas en papel gastado decían; algunas eran letras de canciones.

Tomó el primer paquete atado por un listón, todas eran fotografías de su madre años atrás.

Prosiguió a encontrarse con las cartas de cumpleaños que su padre enviaba cuando estaba lejos.

Y al fondo, había un libro con las orillas ya desgastadas. Era un álbum que Jimin recordaba perfectamente bien.

Un álbum que ambos habían hecho.

Sonrió acariciando la portada de éste, abriéndolo poco a poco mostrando su interior. Había fotografías de ambos cuando niños, Jimin lo recordaba pero definitivamente sabía que las notas detrás de aquellas fotos no las habían escrito cuando niños por la caligrafía.

Sintió sus ojos aguarse hasta el punto en que las letras eran solo borrones. Limpió con brusquedad sus mejillas, haciendo un esfuerzo por continuar leyendo todos y cada uno de los párrafos dedicados a él.

La noche había llegado, ya era necesario encender la lámpara del escritorio para poder continuar leyendo.

Unos ligeros toques en la puerta se escucharon, en seguida él volteó a encontrarse con la mirada preocupada de Jungkook, recargado en el umbral.

— ¿Podemos quedarnos ésta noche?— pidió en un susurro. Jeon asintió adentrándose solo para dejar una taza de café humeante y acariciar su cabello antes de salir nuevamente.

La mamá de Taehyung le esperaba escalera abajo, levantándose del sofá en cuanto escuchó sus pasos bajar las escaleras.

— ¿Cómo está?

— Creo que él necesitaba ésto.— dijo seguro, pensando en la poca pero genuina felicidad y calma que el peli azul mostraba.

Mi Amigo Tourette | JikookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora