Mi Amigo Tourette | Jikookmin

XII

No me maten. c:

•••

Era Octubre. Un octubre distinto. Más melancólico de lo que usualmente es. Las hojas ni siquiera tenían preparada la alfombra que todos los años se forma; a las faldas de los árboles y de las banquetas húmedas por la brisa.

Un charco había ahí, debajo de sus pies, en donde el reflejo distorsionado de un rostro cansado y débil reposaba. Un charco en el que el joven no tenía idea si era producto de amargas lágrimas o solo de la lluvia que se había ido hace unos minutos apenas.

Sus manos recorrieron su mandíbula, la cual era más notoria que hace unos meses. Acarició su cabello, con algunos de ellos entrelazando sus dedos y cayendo con facilidad.

Apretó sus labios fuertemente, volviendo blancas las orillas de estos por la fuerza. Levantó el mentón en un intento por no dejar caer las lágrimas que había acumulado y que empañaban su vista.

— ¿Estás listo, Taehyung?

El mencionado sorbió la nariz y limpió bruscamente sus mejillas asintiendo débilmente con la cabeza. La mujer entrada en años, se inclinó frente a él, tomando sus muñecas con fuerza.

— Mírame.— pidió en casi un susurro.— Estará bien, todo estará bien.— el menor volvió a asentir sonriendo apenas y ayudándola a colocarse de pie.

Un auto le esperaba para abordar a unos pasos de distancia. Lo único que quedaba por hacer ahí, era mirar por cortos segundos el lugar en el que estuvo los últimos seis años.

[...]

Jungkook descansaba placidamente sobre la cama del peli azul, leyendo un libro que había encontrado en su escritorio. Las prendas caían a sus pies, una tras otra, acrecentando aún más el desorden en su habitación.

Y es que aquella llamada fue la causa de todo.

Sabía que cualquier cosa estaría bien para verlo, sabía que Taehyung no se fijaba en aquello pero también sabía que bastantes años habían pasado desde la última vez que se habían visto.

— No me has dicho nada.— se quejó serio el castaño, metido en las palabras del libro.— ¿Por qué cancelaste nuestra salida?

— ¿Éste luce bien?— dijo girandose a él, sosteniendo un suéter tejido azul sobre su torso. Miró a Jeon mirarle con cansancio, había estado evadiendo su cuestión desde que llegó. Resopló rendido, sentándose en la cama.— Bien. Taehyung viene.

— ¿Taehyung? ¿El Taehyung del que me hablaste?— él asintió, sonriendo inmensamente.

A tientas, se recostó a su lado, con las manos sobre su estómago y mirando al techo como Jungkook lo hacía.

— Fueron años, Jimin.

— Lo sé. Le he extrañando tanto. ¿Crees que siga siendo el mismo chico de antes?

— ¿Por qué no lo sería?

El más bajo se encogió de hombros bajo la mirada cuestionante de Jungkook.

— La gente cambia.— jugueteó con sus dedos.— Solo... me asusta.

El más alto se giró, apoyando el codo sobre la almohada y su rostro en la palma de su mano. Le miró con angustia, pensando en que sí, tenía razón, la gente cambia con regularidad sin embargo, sujetó sus manos y las acarició.

— Que no te asusté. Kim Taehyung, sigue siendo el mismo Kim Taehyung que conociste. Solo piensa en ello.

Revolvió sus cabellos en forma de despedida. Salió de la habitación viéndole por última vez estando de pie frente al espejo, dudando de la misma prenda azul.