XIII

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Los charcos de la noche pasada seguían sobre las calles. La pequeña brisa golpeaba la ventana de la habitación de Taehyung quién miraba con los ojos cristalinos hacia el amanecer.

Pensando en lo mucho que le gustaría seguir disfrutando. Es cierto cuando dicen que aprecias hasta las más pequeñas cosas cuando sabes que las estás perdiendo.

Sonrió llevando su mano a su cuello, sosteniendo el collar con un dije de ámbar en el, un collar que compartía con Jimin.

No pudo conseguir dormir durante la noche, las náuseas y fuertes mareos se lo impedían además del ardor en el dorso de su mano causado por los sueros y medicamentos por intravenosa.

Estaba solitario, al igual que la sala de espera en donde Jungkook y Jimin pasaron la noche, esperando a visitar a Kim por la mañana.

— ¿Jiminie?— acarició el cabello de quién utilizaba sus piernas como almohada, dibujando una sonrisa cuando se removió.— Jimin, despierta.— tiró suavemente de su oreja haciéndolo gruñir con molestía.— Iré a conseguirte algo de comer ¿Está bien?

— Taehyung...

— No han dicho nada. Quédate aquí, ahora vuelvo.— con el celular en la mano y buscando el contacto de Yoon, salió del hospital.— Yoon, buenos días...

— Jeon Jungkook, estoy fuera de tu casa ¿Quieres salir? No llegaré a tiempo por tu culpa.

— Sobre eso... No podré acompañarte a la preparatoria, no iré, Jimin tampoco.— la joven no contestó nada y simplemente caminó rumbo al instituto aún esperando explicación.— Taehyung regresó, él no está bien. Estoy en el hospital con Jimin, no quiero dejarlo solo.

— Entiendo. Cuídalo ¿Sí? Tomaré el autobús o no llegaré.

— Ten cuidado.

Jimin se sentó sobre la incómoda silla en la que había estado toda la noche, estiró sus brazos y piernas sintiéndose bien.

Su mirada rápidamente vagó a la habitación que tenía unos metros en frente en donde a través de la ventana pudo ver el rostro sereno de Taehyung, mirando sin interés cada acción de los doctores. Cuando fue turno de pasarse a la silla de ruedas, se dejó levantar, parecía tan liviano como un niño pequeño.

El peli azul inmediatamente se puso de pie, atento a mirar a donde su amigo era llevado.

— ¡Jimin! ¿Quieres ir a verme recibir quimio?— ofreció con una sonrisa y voz apagada.

El doctor dejó que llevase su silla de ruedas hacia la sala en donde recibiría su tratamiento. Un nudo se formó en su garganta al ver la habitación con al menos veinte pacientes con pañuelos alrededor de su cabeza, luciendo extremadamente debilitados, con semblante muerto por la terapia.

Bien sabía que Taehyung no se libraba, que apesar de mostras estar bien y siempre sonreír, él se sentía morir con cada suero, cada muestra de sangre, con cada quimioterapia.

Le acarició la cabeza con cariño cuando se acomodó en su asiento y los parches le fueron colocados en su pecho. Kim le miró por segundos apretando sus labios antes de tomarle su mano e invitarlo a sentarse, sus ojos aguándose de repente al sentir a Jimin angustiado.

— ¿Sabes? No siento nada, no duele.— dijo refiriéndose al tratamiento.— Deberías dejar de preocuparte tanto, estoy bien.

— No estás bien.— parpadeó varias veces seguidas, intentando borrar las lágrimas acumuladas en sus ojos.

— Oye, se que quizás estás no eran las condiciones en las que planeabas vernos de nuevo, sé que no esperabas verme enfermo pero las cosas suceden. ¿Qué hubiese pasado si yo no hubiera tomado la decisión de venir a verte? Jimin, me hubiera sentido un total tonto si llegara a mi lecho de muerte sin verte de nuevo.

Mi Amigo Tourette | JikookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora