I

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El inicio de semana llegó y como todos los días de clases, se obligó a levantarse de la cama aunque con pereza y sin ganas de asistir. No fue siempre así; en principios él había insistido en responder la prueba para ingresar pero lo que nunca imaginó fue que los estudiantes del salón que se le asignó, fueran tan despreciables y llenos de odio.

Recordó entonces el primer día de clases a la perfección, fue el día en que todo esto inicio. Debía presentarse ante toda la clase. Su ser estaba lleno de nervios e intentaba con todas sus fuerzas controlar algo que sabía bien que no era posible, solo lo haría empeorar.

Había luchado, o por lo menos eso intentó, lo único que logró era lastimarse y que la intensidad de los tics aumentaran. El punto en el que ya no podía luchar había llegado. Los chicos del fondo del aula comenzaron a imitarlo...

Ahí comenzó todo.

Jimin jamás fue uno de esos niños rodeados de  amigos con los que pudiera hablar o pasar el rato. Solo había hecho un único amigo, Kim TaeHyung, cuando él tuvo que mudarse debido al trabajo de su padre, quedó solo, sin nadie a quien pudiese contarle aventuras propias, su día en la escuela o a quien invitar a fiestas de cumpleaños.

Ir a la escuela era sinónimo de burlas, golpes, insultos que le hacían sentir la persona con el peor defecto en el mundo. La situación había llegado a tanto que incluso su torso estaba y está lleno de hematomas que en ocasiones duelen tanto haciéndole imposible ocultar por no poder caminar con normalidad.

Su madre le aconsejó no tomar todo personal y ser amable siempre, también dijo que las personas podían llegar a ser muy crueles. No creyó que Tourette fuera tan malo... tuvo que comprender, que por más amable que seas, siempre serás juzgado por tu condición.

[...]

Sujetó las correas fuertemente de la mochila que cargaba sobre sus hombros aún de pie en la entrada del salón mirando la puerta de madera como si fuese un futuro enfrentamiento. Todos los compañeros de curso estaban ahí dentro y nadie lo había notado de no ser porque unas manos que se posaron sobre su mochila; lo lanzaron con tanta fuerza que casi pierde el equilibrio.

— Estorbo.

Comenzó a gesticular sin siquiera pensara, solía hacer ésa clase de movimientos involuntarios y aún más cuando nervioso estaba. Gracias a ellos ganó las burlas y rechazos de sus compañeros. Pensaba que quizá en parte también es mi culpa.

— Qué horror.— susurró una chica tapándose la boca cuando Jimin le miró. Si estaba esperando que no haya escuchado nada, era tarde.

 Rápidamente pasó al lugar que le asignaron con la mirada al suelo escabulléndose de murmullos y justo cuando Kim Ho, el chico de la entrada, se acercaba a él de forma amenazante, el profesor entró salvándole el pellejo.

— Kim Ho, a tu lugar.

El mencionado lo señaló con su dedo. Por un momento creyó que su puño tendría contacto y cerró los ojos esperándolo. Solo sonrió cínicamente para luego ir a su lugar con las manos en alto y chasqueando la lengua.

Luego de esa clase, las demás habían pasado muy lento. Jimin se ofreció a pasar delante de todos a recitar un poema. Amaba hacerlo y mamá le había dicho que era bueno, pensó que no habría problema. Que más daba, solo tenía que leerlo.

Claro, todo habría salido muy bien de no ser por las burlas e imitaciones de los compañeros. Ésos idiotas no comprenderían si les dijera la verdad, y no lo harán aunque volvieran a nacer.

Mi Amigo Tourette | JikookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora