El peluche de la abeja Mily era muy pachoncito y agradable al tacto. No estaba segura si era auténtico o sólo se trataba de su imaginación, pero al aspirar sobre él, Lupa estaba segura que olía a frutilla.
—Luuupaaa. Estoy esperaaándoteee.
De verdad odiaba la manera burlona en que Leia arrastraba las palabras.
—¿De verdad quieres que hagamos esto ahora?
—¿Para qué posponer más tiempo lo inevitable, hermanita?
Gruñendo por lo bajo, la peliblanca accedió a que la pequeña sabandija la guiara tomándola de la mano hacia la habitación que compartió con Liby anoche. No le sorprendió encontrar a Lizy ahí jugando en el suelo con unos dinosaurios de plástico, pero sí a Lacy revisando su celular preocupada al lado de un kit de maquillaje infantil junto con otro estuche con peines entre otros enseres cosméticos.
—¿Y tú qué se supone que vas a hacer?
Su hermana guardó el celular recobrando su animada actitud.
—Leia me pidió que fuera su asistente personal de maquillaje. ¿Qué es lo que quieres que te hagamos? ¿Uñas? ¿Colorete? ¿Pestañas? ¿Cabello?
—¿Es que tú sabes de esas cosas?
—No, pero Leia prometió enseñarme.
No es que en realidad le interesara aprender. Al igual que su madre, le gustaba en su arreglo ser más práctica que decantarse por lo estético, pero la manera en que Leia se lo había pedido fue tan linda, que no se pudo resistir a actuar como una buena hermana mayor servicial. Leia se enorgullecía de saber sacar ventaja de su encanto tal y como su madre le había enseñado.
—Estoy segura que Lupa apreciará un completo cambio de look —opinó la pequeña rubia desinteresada en la opinión de sus hermanas, tal vez incluso más tarde trataría de convencer a Lacy para jugar con ella también. Tomó un mechón del corto cabello blanco de Lupa entre sus manos—. Quizá además de peinarte de otra manera, podría pintarte el pelo. En papá se ve bien, pero en ti este color te hace ver como una anciana enana.
—¡No te atrevas a hacerlo, pequeña sabandija! Péinalo como quieras, pero no te atrevas a pintarme ni un solo cabello.
Ya tenía suficiente con su madre cada tanto haciéndole la misma sugerencia, como para ahora que estaba descansado finalmente de ella, su hermana mocosa de seis años le fastidiase también con lo mismo.
Leia sonrió satisfecha. Si de verdad la dejaba peinarla como ella quisiera, entonces...
—Está bien. Una pena, creo que te hubieras visto bien de rubia. Lacy, ¿puedes pasarme el peine corto?
Había varios, por lo que le acercó todos en una mano, de modo que su hermanita lo escogiera ella misma.
Tratando de hacer más llevadero el momento y porque de verdad estaba preocupada por su padre, Lupa empezó a conversar con Lacy.
—¿Y cómo está papá en estos momentos?
—Sigue enojado en su cuarto por el compromiso de tía Lily. Creo que Lemy y Lyra estaban hablando con él tratando de hacerlo sentir mejor.
—¿Lyra tratando de hacer sentir mejor a nuestro padre? Y creí que sólo a Liby le interesaba hacer bromas.
Lizy dejó de hacer como que su T-Rex atacaba a su pterodáctilo.
—Lyra dice que papi es nuestro tío.
Leia se encargó de corregirla.
—No hagas caso de lo que dice esa santurrona, Lizy. Papi es nuestro papá y ya.
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Tres días de Caos
FanfictionTras una muy pesada temporada de trabajo, todo lo que el señor Lincoln Loud esperaba era tener era un merecido descanso en completa paz sin hacer nada, deseo que se frustra cuando de improvisto recibe una serie de peticiones muy particulares por par...