Sábado. 10:30 pm

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Lily fue auxiliada por sus sobrinas para acomodar en la sala de Lincoln lo necesario para comenzar la improvisada pijamada. En las compras que habían realizado habían traído botanas y refrescos, mismos que Lincoln ya comenzaba a sospechar que tendría que reponer mañana comprando más, pues seguramente entre todas terminarían con todo esa noche, ahí iría a parar el bono de su último trabajo, pero apenas y pensaba en ello. Lulú dormitaba en un rincón junto con Lizy, pues el sueño la había vencido. Lemy temió que despertaran a las pequeñas si el resto de sus hermanas hacían mucho escándalo.

—¿Por qué no van a una de las habitaciones a hacer su dichosa pijamada como las chicas normales?

—Porque además de no tener televisión, en ninguna habitación caben tantas personas, genio.

Ante la respuesta de Lupa, Lemy se quedó callado. Lincoln verificó que las pequeñas estuviesen bien en la cuna, después le advirtió a Lily que estaba acomodando algunas almohadas sobre el sillón.

—Sé que les pido demasiado, pero procuren no hacer mucho ruido por ellas.

—Tranquilo, Linki. Procuraré que las chicas se comporten lo suficiente, además activé el aislante de ruido de la cuna.

Lincoln se extrañó de esto, antes de preguntarle a qué se refería, vio sobre la mesita frente a ellos un manual que recordaba vagamente haber visto entre las cosas que Lisa le dejó para Lulú con la cuna. Al darle un vistazo se sorprendió por todos los aditamentos que tenía.

—Vaya, esta cosa tiene de todo. Incluso ocho micro cámaras de video integradas y distribuidas viendo al interior y hacia el exterior de la cuna.

Escuchó un fuerte ruido en la segunda planta y lo que pareció ser un quejido. Temiendo que una de las chicas se hubiese caído al bajar del ático, Lincoln dejó el manual sobre la mesa de nuevo y corrió escaleras arriba. Lemy por curiosidad lo tomó y comenzó a hojearlo. Lupa estaba colocando un viejo tapete y unas sábanas encima, aprovechó el momento para hablarle insinuante.

—¿No quieres unírtenos? Estoy segura que te divertirías mucho "en medio de todas".

Miró a su tía temiendo que la regañara y a él con ella, por el contrario, a Lily sólo le daban gracia las palabras de su sobrina hacia el chico, por lo que él se encogió de hombros desentendiéndose de ella.

—Nah. No te ofendas, pero creo que me aburriría entre puras chicas. Creo que esta noche prefiero la compañía de un hombre.

Lupa lo miró largamente mientras Lily sofocaba su risa.

—¿Sí sabes que acabas de matar tu hombría, verdad?

Lemy no entendió a qué se refería o cómo podría haber hecho algo así, siendo evidente que prefería la compañía de su padre en ese momento como ya les había explicado durante la cena. Lincoln regresó cargando a Liby sobre su espalda al bajar por las escaleras. Avergonzada la adolescente ocultaba su abochornado rostro contra su espalda.

—¡Te dije que estoy bien, papá! Sólo me torcí un poco el tobillo.

—Prefiero asegurarme. Ten más cuidado la próxima vez que bajes, hija.

Preocupado por su hermana, Lemy fue a ayudarle a sentarla en una de las sillas del comedor, a la vez que Liena se acercaba asustada y esperando que pudiera hacer algo por ella con el botiquín que su padre tenía. Lupa miró desde la sala el estado de Liby y se levantó de inmediato.

—Tu hermana estará bien, eso no es nada —la tranquilizó Lily deteniéndola de ir con ella—. Tu hermano es otro tema más interesante.

Lupa la miró sorprendida.

Tres días de CaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora