CAPITULO 25

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Narra Alba:
Me desperté por los rayos de luz que atravesaban la ventana hasta llegar a mis ojos. Me desperezé lentamente hasta lograr enfocar bien mi vista y visualizar una habitación que no conocía. Entre el dolor de cabeza que tenía por la resaca y la confusión por dónde estaba, me estaba agobiando.

Estaba en la cama de alguien que no tenía ni puta idea de quién era y si yo estaba en su cama eso significaba que habíamos... Y pa' colmo no me acordaba de nada. Al ver que llevaba la ropa puesta me relaje, pero aún sentía intriga por saber quién me había traído hasta aquí.

Salí de la habitación sigilosamente, atravesando un largo pasillo por el que desprendía un delicioso olor proveniente de otra sala, lo que supuse que sería la cocina. Asomé la cabeza por la puerta de esta y el parqué de madera del suelo crujió y como si de un espía se tratase me pegué a la pared de un salto por si la persona que estaba en la cocina no me había visto, pero fue fallido porque escuché una voz que conocía.

-Veo que por fin te despiertas bella durmiente

Entré a la cocina con las mejillas ruborizadas y con una sonrisa tímida.

-Eh sí- contesté

Ya sabía que la casa era de Pablo pero todavía no sabía el motivo por el que estaba allí.

-Ahí te he dejado una pastilla para el dolor de cabeza- dijo señalado donde se encontraba la pastilla

-Gracias- me la tomé

-He hecho tortitas con chocolate, no sé si te gustan- dijo mientras las ponía en dos platos

-Las tortitas si pero el chocolate
...soy alérgica a la lactosa- respondí en un tono tímido

-Ah bueno, no pasa nada si quieres hago otra co..- le corté

-No tranquilo, en mi bolso tengo una pastilla para que no me de alergia

-Pues entonces comamos

Me tomé la pastilla y al poco después estábamos sentados en la mesa de su comedor desayunando. Entonces saqué el tema.

-¿Qué hago aquí?- pregunté

-¿No te acuerdas?

-No

-Ah bueno, pues entonces prefiero no contártelo, me da vergüenza- rió bajo

-Venga ahora cuentas- insistí

-Está bien- rodó los ojos- pues te dije en la fiesta que ¿Qué pasaría si te dijese que me gustas de verdad? Y pues acabamos en mi casa

-Pero eso sí lo recuerdo- dije intentando hacer memoria de lo que pasó pero solo conseguía recordar eso- cuenta con más detalles

-Bueno, pues tú me contestaste que te estaba gastando una broma y no dejabas de reírte así que supuse que estabas muy bebía y no fallé, te invité a mi casa para que no volvieras a la tuya ya que tus padres dormían y pues aquí estás- se encogió de hombros

-Y...¿Entre nosotros...?- me cortó

-No pasó nada, bueno estuvo a punto de pasar pero no- se volvió a reír

-¿Cómo que estuvo a punto de pasar?

-Si, te dije que lo de la fiesta no era coña, que me gustas de verdad y pues ya sabes nos liamos

Me atraganté con el café y empezé a toser, el se comenzó a reír. No encontraba la gracia.

-Es broma- abrí los ojos por su bromita que hizo que me atragantara- no pasó nada porque tú dijiste algo de que no estaría bien, que le sentaría mal a Natalia o algo así, no sé que de Nat- volví a atragantarme

-¿¡Natalia!?- grité dejando la taza de café en la mesa de un golpe

-Si, y dejé el tema porque supuse que sería tu novia, y ya nos fuimos a dormir

Estaba flipando por todo lo que me acababa de contar. Rezaba por que volviese a decir que era broma pero parecía ser que iba a ser verdad. ¿Por qué dije que le molestaría a Natalia? Osea no entendía el motivo por el que pensaba en ella. Y ahora otra vez las rayaeras volvían a mí cabeza.

Only youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora