CAPITULO 61

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Narra Alba:
-Gracias por ayudarnos- dijo Natalia estrechándole las manos a la policía

-Denada

Habíamos ido a comisaría para denunciar otra vez el caso. Ahora teníamos pruebas. Natalia contó lo de que leyó las conversaciones en el móvil de Mikel. A través de esa información hackearon el móvil y pudieron ver todo lo que tenía dentro, como las conversaciones de las que hablaba Natalia. Teniendo esa prueba, sabíamos que eran Joan y Mikel quienes habían estado amenazando a Natalia. También contó cuando salió con Joan, de las amenazas que le hacía incluso de la violencia que a veces empleaba.

Si íbamos a denunciar a una persona, tenía que saber cuáles eran todos los motivos.

La policía se encargó de ellos y los metió en la cárcel durante una semana. Sus padres que no estaban al tanto del amenazo, se enfadaron mucho con ellos y los castigaron varias semanas más después de salir de la cárcel. No estuvieron mucho tiempo encarcelados porque tampoco era algo tan grave como un robo o matar a alguien, pero así aprenderían la lección.

Por otra parte estaba el instituto, quedaba poco para que acabase y cada uno empezásemos nuestros caminos. Yo quería ir a estudiar a bellas artes, mientras tanto, Natalia quería dedicarse a la música como siempre había soñado.

Puede que todavía quedasen algunas semanas, pero no era ni un mes así que era poco lo que quedaba de curso.

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Por la noche, María nos invitó a todas a dormir en su casa, una fiesta de pijamas mejor dicho. Dormiríamos en su sótano ya que era grande. Invitó a Marta, Natalia, Julia, África y a mí. Ya nos llevábamos mejor con Julia y África, el que yo y Nat tuviésemos esa relación aún sin etiqueta, hizo que los dos grupos se uniera más. Aunque nadie sabia de lo nuestro, pero como yo siempre iba con Natalia a todas partes, las amigas venían.

Primero fuimos de discoteca. Teníamos ganas de disfrutar todas juntas, bailando y bebiendo. Bueno, yo no bebí tanto y Natalia tampoco, pero las demás sí que bebieron, y mucho, sobre todo María.

Entre como es ella y lo borracha que estaba, no dejaba de ligar con chicos. A veces tenía que ir detrás suya y pedirle perdón al chico por el comportamiento de mi amiga. Solía decir muchas tonterías estando bebía, aunque eso lo hace todo el mundo.

Lo que si bebí mucho fueron refrescos y es por eso que me entraron unas ganas locas de ir al baño. Le pedí a Natalia que me acompañase y ella aceptó.

Una vez hice pis, me coloqué bien la falda que llevaba y salí del cubículo. Natalia estaba esperándome apoyada en un lavabo, como siempre hace cuando me acompaña al baño. Estaba tan sexy con la ropa que llevaba. Tenía un pantalón negro de cuero ceñido a sus piernas y un top también negro que enseñaba su pequeño ombligo.

Me mordí el labio al verla y ella se acercó a mí con una sonrisa pícara al ver mi gesto. Pasó sus manos por mi espalda y me pegó a ella.

-Estás muy guapa- susurré a escasos centímetros de sus labios

-Tú no te quedas atrás- bajó la vista a mis labios y volvió a subirla

-Me pones mucho ¿Lo sabes?- dije con la voz ronca

-¿A sí?- me cogió y rodeé su cintura con mis piernas a la vez que llevé mis manos a sus mejillas

-Si- susurré antes de que se lanzara a atacar mis labios

Nos metimos en un cubículo y cerró la puerta con el pie, sin dejar de besarnos. Ambas luchábamos por tener el control pero ganó ella en el momento que empezó a chupar mi cuello desesperadamente y yo emití sonidos por lo boca que ni sabía que podía hacer.

Me soltó en el suelo y me acorraló a la puerta con un brazo a cada lado de mi cabeza. Siguió chupando mi cuello, cada vez más despacio. Me estaba calentando y mucho. Mordió la zona húmeda y seguido de eso siguió por mi barbilla hasta llegar de nuevo a mis labios. Introdujo su lengua en mi boca sin piedad y exploró cada rincón de ella.

Una de sus manos las metió por debajo de la tela de mi camisa y se puso a acariciarme la barriga. Bajó con su dedo hasta donde se encontraba la falda. Me miró para saber si la paraba pero no hice nada y dejé que siguiese con su trabajo.

Pasó la mano hasta mi pierna y la introdujo por debajo de la falda encontrándose con la tela de mis bragas.

-Estás muy mojada- dijo en un tono provocador a la vez que sonreía

Volvió a mis labios y empezó a trazar círculos en mi parte íntima. De verdad que me estaba poniendo super cachonda. Nunca había hecho eso con una chica y hacerlo por primera vez, y con Natalia, me ponía aún más.

Metió la mano por mis bragas y ahí sí que exploté soltando un gemido que sonó en todo el baño. Se puso a jugar con mi clítoris y tuve que buscar algo con lo que entretenerme. Me fui a su cuello y comenzé a chuparlo.

Encontró mi entrada y sin yo esperarlo, dos de sus dedos se introdujeron dentro. Los movía lentamente, haciéndome sufrir queriendo más. Mordí su cuello y soltó un gemido que me excitaba más.

-Nat...-me faltaba la respiración

-Qué

-Más- me costó decirlo porque se me iba hasta la voz

Sonrió ante mi petición e hizo lo que le pedí. Sus dedos se movían más rápido. Notaba como mi cuerpo temblaba, me costaba mantenerme de pie.

-Me corro- dije cerrando los ojos, clavando mis uñas en su espalda

Sus movimientos se volvieron más fuertes y ahí fue cuando me corrí llegando al orgasmo. Mi cuerpo se relajó e intenté recobrar la respiración. Natalia se acercó poco a poco a mis labios y dejó un último beso, pero suave, no como los anteriores.

Me colocó bien el flequillo con una sonrisa que le llegaba de oreja a oreja.

-¿Por qué sonríes?- pregunté aunque yo también sonreía

-Porque me encantas

-Que tonta eres- rodé los ojos y le di un fuerte abrazo en el que permanecimos así durante varios minutos

Only youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora