CAPITULO 33

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Narra Alba:
Me desperté por el molesto ruido de la alarma del móvil. Eran las 8.00 y el tren salía a las 9.00. Tenía la peor resaca de mi vida y además no me acordaba de nada de lo que había pasado por la noche. Aún así tampoco me importaba tanto, seguro no había pasado nada importante. Desperté a Isa y a María, que dijo que nos iba a acompañar a la estación.

Guardamos todo en las maletas, nos despedimos de la familia de María y les agradecimos su acogimiento. Después nos montamos en el coche de María para que nos llevase a la estación.

Llegamos muy temprano así que desayunamos en una cafetería que había allí y esperamos a que diera la hora en la que salía el tren.

Narra Natalia:
Me desperté sobresaltada por la hora que era. Era demasiado tarde y Alba estaría a punto de montarse en un tren camino a Alemania y otra vez me habría quedado sin despedirme de ella.

Sabía que el tren salía a las 9.00 porque le pregunté a María ya que se me olvidó preguntarle a Alba con lo del beso...y respecto a eso, esperaba que se acordase porque me daría una vergüenza increíble recordárselo yo como ella pidió.

Me vestí corriendo y cogí mi moto para llegar a la estación lo más rápido posible. Y si, se conducir una moto, ya se que nunca lo dije, pero si, me saqué el carnet a los 15 años.

Narra Alba:
Me despedí de María y la verdad es que solté varias lágrimas, la echaría mucho de menos. Entonces caí en Natalia, de ella no me había despedido y ya era tarde para hacerlo. Le mandaría un mensaje cuando estuviese montada en el tren, aunque me hubiese gustado haberme despedido en persona.

Una vez me despedí, tuve que pasar los ticket para que me dejasen montarme en el tren cuando oí una voz diciendo mi nombre, y esa voz la conocía bastante bien.

Narra Natalia:
Llegué justo a tiempo, estaba pasando el ticket para montarse en el tren, así que grité su nombre lo más alto que pude para que se girará y se diese cuenta de que estaba allí.

Corrí hacia ella y me tiré a sus brazos. No pude contener las lágrimas.

-Alba no te vayas por favor- dije agarrándole de las manos

-Nat, no llores, sabes que me tengo que ir- me secó la lágrima que caía por mi mejilla

-Lo se- bajé mi mirada a mis zapatos

-Ey, no estés mal y por favor, prométeme que te vas a defender de Joan- me pidió

-Te lo prometo, Alba- entonces pasó por mi mente las ganas locas que tenía de besarla, bajé mi mirada a sus labios pero la subí rápidamente a sus ojos otra vez

-Alba...¿Te acuerdas de lo que pasó anoche?- pregunté con miedo a que me dijese que no o que estaba arrepentida de todo lo que me dijo

-No, tengo una resaca...- se rió- ¿Por qué?¿Hay algo de lo que me tenga que acordar?

-Bueno... ocurrió algo que me dijiste que te recordara si no te acordabas de lo que pasó- se lo quería decir, ella me pidió que se lo recordase y eso iba a hacer

-No entiendo- dijo

"Tin,ton,tin, queridos pasajeros del tren camino Madrid-Sevilla, el tren está a punto de salir" dijo la mujer de megafonía

-Nat tengo que irme- se giró para irse pero la agarré del brazo pegándola a mí y quedando una poca distancia entre las dos, no pensaba dejarla ir sin antes volver a saborearla

-¡Alba, el tren está a punto de salir, venga!- gritó su amiga Isa, Alba la miro y después volvió a mírame a mí

-Lo que yo siento jamás lo llegué a sentir por nadie Alba, nunca me imaginé que sentiría esto por ti pero es que no puedo más, cada vez estoy más enamorada de ti y saber que ahora te vas otra vez, me deja rota por dentro pero quiero que sepas que me da igual la distancia porque no te voy a olvidar y pase el tiempo que pase, siempre te voy a querer- ella me miraba atentamente- solo me gustas tú Alba y anoche me dijiste que si no te acordabas de lo que pasó que te lo recordase y...pues pasó esto

Uní mis labios a los suyos, convirtiéndolo en uno de los mejores besos de mi vida. Nuestros labios se deslizaban lentamente, sintiéndonos la una a la otra. Nuestras lenguas se encontraron y empezaron a danzar juntas al ritmo de nuestras respiraciones. Nos fuimos separando despacio hasta juntar nuestras frentes y acabar cada una con una sonrisa tonta en la cara, y entonces ahí fue cuando dije aquella frase que sabía que siempre iba a permanecer en mi mente.

-Only you- susurré y ella sonrió, y entonces se fue con su amiga, pero antes me hizo un gesto con la mano de "adiós" y me dedicó una sonrisa sincera cuando se estaba montando en el tren.

Only youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora