Caminos Distintos

Llegaste en el mejor momento.

 ~Capitulo anterior ~ 

Mi vista comienza a nublarse y siento que caigo hacia el piso, golpeándome fuertemente la cabeza. Miro hacia adelante y veo a Kope discutiendo con Zdrada… ¿Es que ya se conocen?

Intento mantener mis ojos abiertos, pero me es imposible, lucho contra la oscuridad que amenaza con cegarme… pero ella gana. 

Capitulo 21.

Creo que si estuviese muerta no sentiría un dolor agudo en mi brazo como estoy sintiendo en estos momentos. Se supone que cuando mueres vas al cielo, o al infierno, quien sabe. Pero no sentís dolor, solo… ¿paz?

Intento moverme pero no logro hacerlo y me está frustrando demasiado. Abro mis ojos y no veo nada. ¿Por qué no veo? Vuelvo a cerrarlos y a abrirlos nuevamente. Todo igual. Todo negro.
Muevo mi brazo lentamente y el dolor llega hasta mi cabeza haciéndome sentir apestosamente mal.

Tenía la gran esperanza de que todo lo que había sucedido fuese un sueño, pero mi brazo me confirma que fue tan real como el dolor que estoy sintiendo ahora. Orphelia murió y yo estoy viva. ¿No debería de haber sido al revés? ¿Cómo es que sucedió todo esto? Mi vida sigue con su curso, ¿pero qué tan segura estoy? Pero antes que nada… ¿Dónde estoy?

Esto apesta.

Mi madre.

Estaba en el baño, la deje sola. No sé donde estoy y no sé donde esta ella.

Siento como me empiezo a poner nerviosa, y no es nada bueno… un calor conocido comienza a abrumarme y decido que lo mejor es calmarme. Sé que estoy a punto de desmayarme. Muchas veces me ha pasado de desmayarme y conozco cuales son los síntomas. Y eso mismo me está pasando. Quizá podría ver como mi vista comienza a nublarse, pero como todo esta negro nada se puede nublar.

Respiro y espiro varias veces tratando de que el aire entre a mi pulmones y que mi ritmo cardiaco se normalice.

Mi madre.

Me levanto de lo que supongo que es una cama ya es muy cómodo, pero en lo que creía que habría piso, solo hay pared. Mi cabeza choca fuertemente contra ella. ¿Hay posibilidades de que el cerebro explote? ¿No? Porque eso sentí.

-Pero a la mierda toda esta bosta. – digo frotando mi frente tratando de contener la larga lista de malas palabras que se me vienen a  la mente.

Vuelvo a caer en la cama y me pregunto qué podría hacer para salir del lugar. Alguna puerta debe tener, y hay dos opciones, o está cerrada o está abierta y lo que continúa es plena oscuridad.
Ninguna de las dos era de mi agrado, pero últimamente nada lo es.

No me puedo quedar quieta si hacer nada, va contra mis reglas. ¿Pero… que puedo hacer? Me levanto hacia el lado contrario al que había ido anterior mente y apoyo mis pies es un piso cálido. ¿Alfombra? No. Es madera.

Me levanto y cuidadosamente comienzo a caminar. ¿Hacia dónde? No sé. Espero no volver a golpearme contra alguna pared.

Extiendo mis manos para evitar que eso suceda y sigo avanzando lentamente. Avanzo recto desde donde me baje de la cama.
Opción 1: la habitación es gigante.
Opción 2: voy más lento que una tortuga.

Si son las dos, estoy es graves problemas.

De pronto una luz segadora entra por una puerta y veo a Kope con los ojos muy abiertos mirándome.

-¿Qué fue ese ruido? – pregunta mirando hacia todos lados preocupado.

Solo lleva un pantalón de gimnasia gris, estaba totalmente despeinado y no se ve para nada bien. Tiene moretones en su pecho, brazos, el labio roto y una lastimadura en su cachete izquierdo.