16. ¿Mal camino?

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Sabrina

Entro por la enorme puerta de Green high. Que terrible que tengamos que venir un sábado a la preparatoria para la simple preparación de los juegos que ocurren en días.

Los pasillos están llenos de hojas y recordatorios de los juegos, sobretodo una  cuenta regresiva. Hoy ya es menos 3 días, significa que la lista será en 2 días y ya las preparaciones están lista o es lo que vemos con todos los organizadores en la cancha de Soccer.

Quisiera decir que no me emociona o que lo ignoro porque ambas son mentira. Todo Green High habla de la lista de lo poco que falta y de Emily, es el jodido pan de cada día en este lugar. Donde solo ella existe, con sus estúpidos amigos. Esta vez es una oportunidad de joderle la cabeza un rato con mi presencia entre el top 10 y ahora con James, aún más.

Necesito que le duela, que vea que ahora estoy con el de cierto modo, que así como la echo ese día de los vestidores, como me escucho sin importar lo que hablara de ella y que luego se haya preocupado por mi preguntando si estaba resfriada. Que note que lo que ella jamás pudo llegar, llegue yo primero.

Le gané. En tal caso sería ella la que comería mis sobras.

Veo a Patricia que corre hacia en el largo pasillo con una sonrisa.

—Sabri— llega a mi lado y me jala hacia el lado de la cancha de Soccer— ¡Vamos tarde, ya James va a jugar! ¡Stefano será el portero por hoy, apúrate!

Patricia corre y también lo hago chocando con algunas chicas que me hacen mala cara pero yo solo las ignoro. Patricia para una jodida niña cuando se trata de Stefano, todo su odio con Alice es que aunque ella quisiera llamar su atención o meterse en su ropa interior... el iba a buscar a Alice, aún lo hacia.

—¡Basta, carajo!— me zafó del agarre de Patricia con brusquedad haciendo que retroceda un poco y voltee a verme— Me jalas como una maldita muñeca de trapo. ¿Que sucede contigo? ¿Eres imbécil?

Patricia no dice nada solo me mira a lo que yo acomodo mi mini falda y acomodo mi top una vez más. Las personas alrededor escucharon mis gritos pero finjo que no sucedió nada.

—No actúes como un perro que le dan comida por primera vez— le digo a Patricia recuperando mi camino— Porque te ves patética, Patricia.

No se si me sigue o que pero me concentro en caminar hacia la cancha de Soccer donde nos veremos todas las porristas para la última práctica, además no me perdería por nada ver a James jugar.

Mi teléfono comienza a sonar, lo saco de mi cartera y me asombro por la llamada aunque me imagino que debe ser para volver a insistirme en follar. Así que contesto.

—Hola, Christian. Si vuelves a decirme que pase por tu club esta noche iré solo a torcerte el maldito pito. ¿De acuerdo?

—Vives de ilusiones, Sabrina. No llamo para follarte eso lo puedo hacer cualquier día y no te negarías. Recuerda que no controlas la abertura de tus piernas cada que me ves— se ríe— Me debes mil dólares.

Miro mi teléfono con una mueca de no entender una mierda de lo que habla.

—¿Mil dólares?— me rio a carcajadas— ¿Que te pico? ¿Te volviste loco o te fumaste varios porros en la mañana?

—Gané primero que tú...¿Donde quedaba eso de que ella jamás volvería a mi? ¿Que estaría con el y toda esa mierda? Apostamos y gané.

Christian y yo apostamos en el momento en que comencé a pasar tiempo con James de que no sería otro polvo más para el y Christian apostó con el hecho de que tendría a Emily de nuevo en sus manos. Y quien lo hiciera primero le daría mil dólares al otro.

Juntos Una Vez Más [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora