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Narra Gala:
- Nena te noto rara - habla Paulo acariciando mi mejilla y yo cierro mis ojos para no gemir de dolor - ¿te pasa algo?
- No pasa nada cariño no te preocupes - susurro sonriendo levemente abriendo mis ojos lentamente y él me mira extrañado.
- Gala, ¿qué pasa?, y no me vuelas a decir que nada, porque te conozco y sé que algo no va bien - habla y yo bajo la mirada - ¿es por mi?, ¿he hecho algo que te ha molestado? - pregunta y yo niego con mi cabeza - ¿entonces?
- Es solo que el otro día, despues de que llegar a casa a la mañana siguiente del partido Cris - susurro y la voz se me rompe.
- ¿Qué paso Gala?, ¿qué hizo tu hermano? - pregunta con voz nerviosa.
- Me pego - susurro tan bajo que él ni lo oye.
- ¿Qué te hizo qué? - vuelve a preguntar y yo suspiro pesadamente.
- Me pego - vuelvo a susurrar pero esta vez un poco más fuerte.
- Juro que me lo cargo - se levanta furioso de su asiento y camina con rápidez.
- Paulo para no compliques más las cosas por favor - intento pararlo pero es imposible.
- Que no compliques las cosas, él ha sido el imbécil que te ha puesto la mano encima y pues como que no me da la gana de que se salga con la suya - habla cabreado sin parar, ni siquiera girarse a verme.
- Paulo por favor, estoy bien, no ha sido para tanto, solo fue un golpe, ha prometido que nunca más lo va a hacer - hablo desesperada.
- El boludo ese no sabe donde se ha metido.
- Paulo tranquilo por favor - pido - cuando toca insistentemente el timbre de mi casa.
- Solo quiero que sienta lo que tú en ese momento, no es nada malo - se encoje de hombros y vuelve a tocar el timbre - Cris ábreme la puerta de una vez.
- Khedira - gritó cuando veo al chico pasar por la puerta, gracias al cielo, me escucha y se acerca a nosotros.
- Hola chicos - nos saluda con una sonrisa, mientras Paulo no dejaba de prestarle atención a la puerta.
- Necesito que te lleves a Paulo de aquí- pido desesperada y el alemán me mira sin comprender- llévatelo lejos de aquí, porque sino aquí va a ocurrir algo muy malo - él asiente al comprender más o menos el tema y separa al argentino lentamente mientras esté no dejaba de resistirse.
- Haber ¿qué es tanta insistencia con el timbre? - escucho la voz de mi hermano y suspiro pesadamente, cuando Paulo intenta deshacerse del agarre de su compañero con más fuerza.
- Sos un estupido - lo escuché gritar - un poco hombre, a la mujer no se le debe golpear ni como el pétalo de una rosa miserable - volvió a gritar y yo bajé la mirada comenzando a llorar - esto no acaba Cris, a ella tú no la tocas sin que yo te mate - volvió a gritar, Cristiano me cogió del brazo y me metió bruscamente en casa, sin dame tiempo a reaccionar.
