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Narra Alba:
- Tiempo para pensar ¿entonces no? - pregunta Pablo y yo asiento con mi cabeza para después acomodarme en su pecho.
- La vida no va a dejar de pegarme palos nunca - susurro y él comienza a acariciar mi espalda.
- Míralo por el lado bueno, de uno de ellos me conociste a mí - lo miro a los ojos y en su rostro se dibuja una leve sonrisa - no soy lo mejor que vas a encontrar, pero aquí vas a seguir tenido a un amigo todas las veces que necesites - besa mi cabeza y yo sonrio abrazandolo.
- Eres el mejor amigo que una persona podría tener deja de menospreciarte sabes que no me gusta que lo hagas - corresponde a mi abrazo.
- Va venga te aparece jugar un rato - propone y yo sonrio - sé que te encanta la idea - se levanta y se descalza.
- ¿Sin zapatillas? - enarco una ceja y él se rie.
- Así es más divertido - habla con una sonrisa arrodillandose - me permite cenicienta- me quita el zapato y yo suelto una carcajada.
- A la cenicienta le ponían el zapato de tacón, no le quitaban unas zapatillas - suelto de nuevo una carcajada.
- Puedes quedarte con el concepto de princesa - me sonríe mirándome a los ojos y me quita el otro zapato - aunque también podía haber dicho "La Bella y La Bestia" - propones y yo lo miro mal - tú la bella y yo la bestia - habla y yo golpeo su hombro - auch Alba ¿qué haces?
- ¿Qué parte de no quiero que te menosprecies no has entendido? - lo miro a los ojos fijamente.
- Alba todos tienen pareja menos yo y trato mejor a las chicas que otros y tú lo sabes perfectamente - susurra y baja la mirada.
- Pablo - me pongo de rodillas frente a él- este mundo es idiota ¿sabes?, la gente prefiere al guapo o guapa por fuera al que es hermoso o hermosa por dentro y de eso los dos podemos demostrarlo - elevo su rostro y beso su frente - no me gusta que estés mal, tú has dado demasiado para que yo sonría y ahora quiero hacerlo yo - susurro y le doy un pico.
- Alba no quiero que te sientas obligada- susurra y yo lo vuelvo a besar.
- Shhh, solo deja que pase - susurro sobre sus labios.
Narra Marco:
- ¿Donde te crees que vas? - pregunta Sandra mirándome fijamente a los ojos.
- Déjame vivir puta pesada - hablo extrsado saliendo de casa esta chica es que me estresa.
- Oh Marco no te esperaba aqui- habla la madre de Alba cuando me abre la puerta.
- ¿Está su hija? - pregunto con una sonrisa amable - es que necesito hablar con ella.
- Lo siento, pero mi hija se fue esta mañana a Sevilla, para un concierto y para visitar a unos amigos, tendrá que ser a la vuelta - informa y yo bajo la mirada.
- Gracias señora, perdone las molestias - me despido en un susurro y me alejo lentamente de su casa, se ha ido por mi culpa, seguro que ha sido por lo de Sandra, si es que soy verdaderamente imbecil.