Más allá de los huesos

Inevitable

La mesa sigue siendo la misma, al lado de la ventana; la misma camarera... Booth se ha puesto unos vaqueros y una camiseta que le marcan bastante los abdominales. Bones lleva unos pitillos y una camisa. Han pedido unas patatas para compartir, ella una ensalada especial y él una hamburguesa.

- Bueno Booth, ¿qué es eso tan importante que tenías que contarme?- Su compañero ha estado callado, más que de costumbre.

- Esperemos al postre mejor.- decide cambiar el rumbo de la conversación para distraerse.- ¿Cómo vais en el laboratorio?

- No entiendo tu pregunta, vamos andando.- esa respuesta hace reír a Booth el cual por poco se atraganta con una patata.

- ¿He dicho algo gracioso?

- Bones, me refiero a qué si tenéis mucho trabajo.

- Esta mañana han traído un cadáver de los años cincuenta, tengo que determinar la causa de la muerte.

- Eres increíble, tú te pareces mucho a mí.- Brennan alza una ceja en gesto de incredulidad.

- No puedo parecerme a ti, tú eres un hombre y yo una mujer. Eres más alto, y me sacas cinco años.

- No me has dejado terminar, te pareces a mí en el ámbito profesional; buscas justicia. Yo a través de los vivos y tú observando huesos.

- ¿Debo tomarme eso como un tipo de halago?

- Deberías, sí.- en ese momento se escucha un trueno, seguidamente comienza a llover. Qué oportuno piensa Booth. Ambos comparten una porción de tarta de manzana, es el momento y los dos lo saben.

- Bones, ¿recuerdas qué te dije que podíamos hablar de cualquier cosa?

- Porque somos compañeros.- Booth asiente, paga su parte de la cena por lo que pueda ocurrir, Brennan hace lo mismo.

- Pues el caso es que...anoche tuve un sueño.- una breve pausa.- más bien fue una pesadilla.- su compañera no dice nada, se limita a escuchar.

- Al principio fue un precioso sueño pero después...- se estremece con tan sólo recordarlo, tiene que contárselo.

- Estás empezando a asustarme.- la luz del restaurante se va a causa de la lluvia, el dueño pide calma; rápidamente colocan una vela por cada mesa.

- Creo que deberíamos irnos, no sé si puedo decírtelo en público.- Cuando salen del Royal Diner corren para refugiarse de la lluvia; piden un taxi el cual los lleva al apartamento de él.

- ¿Quieres tomar algo?

- Vino por favor.- Brennan cada vez está más nerviosa, ¿por qué ha aceptado? Aquí también tienen que utilizar velas a causa del apagón. Booth le ofrece la copa.

- Vamos Booth, estoy ansiosa.

- Está bien.- suspira antes de hablar.- soñé que te disparaban.- la palidez de su cara no puede verse, en parte por las pocas velas que hay.

- ¿Me disparaban? ¿Y por qué?

- No lo sé, estábamos en una cena del FBI y de repente aparecen unos tíos encapuchados.- Brennan se bebe el vino de un trago, pide a su compañero que se lo rellene.

- Tú estabas en el sueño, ¿por qué no me salvaste?

- Fui a ayudar a las otras personas pero antes te puse a salvo.

- No lo entiendo.

- Huesos, cuando te pido en un caso que te quedes en el coche, ¿me haces caso?- Su compañera niega con la cabeza.- Pues por eso te dispararon.

- Y...- Brennan tiene miedo a preguntar.- ¿Muero?

- Sí, delante de mí.- se escucha la lluvia y los truenos, de vez en cuando un relámpago ilumina el apartamento.

- Será...será mejor que me vaya. Se está haciendo tarde.- pero el brazo de Booth se lo impide.

- Huesos, no te he contado la pesadilla para ponerte así; lo he hecho porque hay algo más.- éste se levanta, agarra las manos de su compañera.

- Me desperté sudando y llorando, el corazón me iba a mil por hora. Llamé a Sweets para pedirle ayuda.

- ¿Ayuda para qué?

- Para decirte que me di cuenta de que eres muy importante para mí, que aunque tenga motivos para despertar tú sigues siendo la causa para seguir soñando. Me gustas Bones.

Lo que ocurre a continuación es algo inevitable, Brennan suelta las manos de Booth; le rodea el cuello con los brazos.

- Bésame.- éste no se lo piensa, acaricia la mejilla para terminar de acortar el poco espacio que había entre ellos. Con mucha ternura besa a Bones pero ésta no busca sólo delicadeza; es una tontería luchar contra lo que siente por ese hombre.

Booth la coge en brazos y la lleva hasta el dormitorio, Brennan le levanta la camiseta ayudándole a deshacerse de ella. Acaricia el perfecto cuerpo de su compañero, éste desabrocha los botones de la camisa dejando ver el sujetador negro de encaje. Entre caricias, besos y abrazos terminan por quitarse lo que les quedaba de ropa. Todo ocurre muy deprisa; Brennan siente a Booth dentro de ella, no puede evitar soltar gemidos a la vez que araña la espalda de éste.

El cansancio puede al final con ellos, Brennan se duerme apoyada en el pecho de él con una sonrisa en la cara.