OO2; ᴡᴏʀᴋ

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¡!¡!¡!'      ⚠
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'Tomaste mi amor como una decoración.'



























Estaba en su hogar, en su apartamento al sur de Francia. Ambos con labios rojos pero de simple adorno porque no estaban así por el otro.

Todo desde que ambos decidieron mudarse juntos a otro país, había empeorado.

Estaban bien, estaban. O al menos lo fingían.

Durante su relación en la universidad, cuando se pretendían y cuando eran simple pareja de facultad, estaba todo bien. Palabras dulces, detalles empalagosos, suspiros placenteros y cuerpos marcados por labios del otro. Intentando hacer sentir lo que sea por él.

Decidieron mudarse a Francia sólo por ser la ciudad del amor, tonta ideología. Ambos se veían tan enamorados pero todo se descompuso.

Ese día por la mañana, KiHyun preparaba el almuerzo de HyungWon y el suyo, como cada día.
Al terminar, le esperó sentado en el comedor y cuando apareció, sólo dijo un 'buenos días'.

A KiHyun le hería eso, al principio era un ataque de besos cada despertar y ahora sólo son dos míseras palabras. Fingió no darle importancia, como siempre hacía.

--No te hagas daño hoy, con cuidado.

--Ajá.

Y dicho eso, el más alto dejó su hogar viendo la pantalla de su teléfono móvil. KiHyun soltó un suspiro pesado y lleno de tristeza.

Comenzó a limpiar su hogar como siempre y al finalizar, tomó una ducha y arregló para al final mirar por el balcón a la calle tratando de no soltar lágrimas.

Lo que no sabía, era que había un chico del edificio de enfrente que notaba su tristeza cada medio día.

Al principio notó que eran una pareja preciosa, una pareja muy bella pero, al cabo de un mes, ya no había besos, nada. No le gustaba espiar pero siempre se preguntaba:


'¿Qué clase de hombre idiota abandona a esa bella criatura?'


Así lo pensaba y es que KiHyun era precioso.

Cabello plateado y sedoso, ojos ligeramente agatunados y profundamente negros, labios gruesos, pequeños y siempre rosados, pestañas largas, cuerpo pequeño y delicado, delicioso a la vista.

Era perfecto y su novio un idiota.

Alguna vez se toparon y saludaron, incluso desde el balcón. Alguna vez salieron a beber algo y de verdad, se había enamorado de ese perfecto hombre de enfrente.

Esa mañana, cuando estuvo a punto de salir a correr como siempre hacía, notó al peliplateado salir al balcón pero su semblante estaba aún más triste. Notaba sus ojos cristalinos y sus labios curvados hacia abajo.

ᴘᴀʀᴛʏ ᴛɪᴍᴇ ¡! ᴍᴏɴsᴛᴀ x ᴏsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora