p̷a̷r̷t̷-t̷i̷m̷e̷ b̷o̷y̷f̷r̷i̷e̷n̷d̷ - c̷h̷o̷i̷ s̷o̷o̷b̷i̷n̷

0̷1̷: "i̷n̷i̷c̷i̷o̷ d̷e̷ u̷n̷a̷ m̷e̷n̷t̷i̷r̷a̷"

-¡No es posible que sigas llegando tarde al trabajo! -se quejó el señor de aproximadamente cuarenta y cinco años tirando las hojas en el escritorio.

Soobin se encogió en su sitio.

-Lo lamento, no volverá a ocurrir -se inclinó 90° buscando piedad de parte de su jefe.

-¿Cuántas veces me vas diciendo eso? -el señor bufó-. No voy a consentir que me sigas viendo la cara de idiota. Te me vas ahora mismo -fue lo último que dijo antes de marcharse.

Soobin suspiró. Su vida se había vuelto tan complicada... Luego del abandono de su padre su madre entró en una severa depresión de la cual no podía salir, por lo que estaba en un internado tratando de recuperarse. Soobin quedó a cargo del cuidado de sus pequeñas hermanas gemelas de seis años, Tzuyu y Minjoo. Agradecía severamente el ya ser mayor de edad, sino lo habrían separado de estas.

Ahora después de la escuela tenía que apurarse en recoger a sus hermanas del kinder y atenderlas en casa para luego ir al trabajo y saliendo hacer la tarea. Prácticamente no tenía tiempo para él.

Suspiró guardando las cosas en su mochila.

-Lamento que te tengas que ir, sabes que siempre puedes contar conmigo -palmeó su hombros su mejor amigo, HueningKai.

Él era rico y varias veces lo había ayudado cuando sus hermanitas se enfermaban, pero no quería abusar de su amabilidad.

-Gracias, Kai -le sonrió cansado.

Soobin se despidió de sus ex-compañeros de trabajo y tomó una combi para dirigirse a su hogar. Llegó a eso de las siete e ingresó a su habitación silenciosamente esperando no despertar a sus pequeños angelitos.

La vida no era fácil. Suspiró cuando vio la nota de la que era la niñera que cuidaba a sus hermanitas, Jeongyeon, su amiga de la infancia.

"Soobin, las niñas ya están durmiendo. Mira, te adoro, ¿ok? Pero se me está complicando el cuidarlas sin recibir ningún tipo de pago. Y en serio, ya sabes que hay otras formas...

Espero que lo consideres, así no tendrías la necesidad de darme dinero.

Atte. Jeongyeon ♡"

Soobin suspiró, sabía a lo que se refería su amiga. En serio no quería, pero ya no tenía trabajo y seguía necesitando alguien que las cuide en lo que él busca nuevo empleo. ¿Debería aceptar?

Dejó de pensar en ello y se recostó en su cama. Solo cerraría sus ojos unos minutos y luego haría la tarea.

Oh, se quedó dormido.

Era su tercer día en el instituto y seguía sin tener ningún amigo. Rena sintió que estaba fracasando como persona.

-Faileando como siempre -murmuró dándose la cabeza contra la mesa.