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1982.

―¿Habéis visto a Nina?― La pareja negó en respuesta.

―¿Encontraste algo?― Preguntó preocupado Jeongin. La chica negó.

―Estoy preocupada, ¿Donde puede estar metida?― Pronunció Holland, examinando la zona con la mirada.

―No tengo idea, pero, sabes que Nina siempre anda metida en líos, ya volverá. ¿Además, donde iría? Esto está rodeado de bosque. Y la ciudad más cercana está a diez kilómetros.― Cuestionó Jeongin, sabían el carácter de su amiga, él sabía que volvería.

―Vamos a clase.― Holland sugirió. Jeongin sin mediar palabra, la siguió.

Caminar por los pasillos era incómodo para Jeongin, esos problemáticos adolescentes lo veían mal. Las facciones del chico son asiáticas, por sus padres. Y eso les parecía buena excusa para tratarlo de manera inferior. Al ser diferente, ellos sentían que tenían la oportunidad de menospreciarlo. Jeongin intentaba ignorarlos. A los demás les parecía mal que estuviera ahí, ¿No podía simplemente quedarse en su país? Esa pregunta se la hacían unos a otros, incomodando y haciendo sentir mal al chico. Afortunadamente, nunca le habían agredido físicamente.

Todo ese odio, lo había creado Minho, estudiante que cabe recalcar que también tiene facciones asiáticas. Parecía que al ser unos de los únicos individuos con familiares asiáticos, quería ser único, sólo él, nadie más. A excepción de Seo Changbin, todo el que tuviera algo parecido a él, ya sean sus ojos rasgados, su fina nariz o hasta el carácter, le molestaba así que hacía pasar un mal rato a la otra persona. Constantemente. Pero eso nadie lo sabía, eso sólo rondaba por la cabeza de Minho.

En cambio, Holland y Nina sintieron curiosidad hacia ese chico desde el primer día en que lo vieron. Holland era muy extrovertida, así que no dudó en acercase a él y empezar a hablarle. El tímido, contestaba lo mínimo. Nina al igual que Jeongin, era tímida, luego cogió confianza con él. Creando así una amistad entre los tres.

Los dos amigos llegaron al salón, la clase estaba vacía todavía. Las clases empezaban en quince minutos, los demás aprovechaban esos pocos minutos para hablar con sus compañeros y amigos.

―Jeongin, sospecho que Nina no está bien.― Susurró.

―¿Por qué dices eso? No sabemos ni donde se encuentra, a lo mejor está.. ¿En la sala de visitas?.. Uh, no sé donde puede estar.― Se avergonzó.

―Lo digo por qué sabes que debido a sus castigos, comía poco. Y ahora no la encontramos por ninguna parte. Encima, no puede estar aquí dentro, he revisado cada rincón. Y menos estará en la sala de visitas, ¿sabes que hora es? Su familia la dejó, no quieren saber nada de ella. ¿No recuerdas cuando lo explicó?― Susurró las últimas frases, Jeongin bajo la cabeza. Alumnos empezaban a entrar por la puerta y se dirigían hacia sus asientos.

―Yang Jeongin, amigo, ¿como estás?― Dijo con cierto desprecio hacia el menor.

―Déjame, vete.― Respondió en un tono bajo, pero audible.

―¿Me has respondido? Vaya, eso es un gran avance.― Sonrió con burla.

Jeongin iba a responder, pero el profesor irrumpió en el salón de clases:― Vayan a sus sitios, y siéntense. La clase va a comenzar.― Advirtió y todos obedecieron.

―De esta te salvas, imbécil.― Escupió Minho. Yang simplemente se giró y le ignoro por completo.

Holland observaba desde el silencio, aún no acababa de comprender, ¿por qué tanto odio hacía él?

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