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― Jisung...― Susurró Chan, mirando hacía el chico.― ¡oye, Jisung!― esta vez habló poco más fuetre que antes, y ahora, a la par que lo llamaba, Chan estiró su brazo y lo meneó delante del rostro de Jisung, con la intención de que este le hiciera caso de una vez por todas. Finalmente, Chan chasqueó sus dedos frente la cara de Jisung y, como si de un milagro se tratara, Jisung retornó en sí. ― ¡Al fin, menudo milagro!― Bromeó Chan, mientras que soltaba una pequeña carcajada, la cual paró luego de ver a Jisung, quien no se veía de buen humor como para bromear.

― qué se supone que quieres, Chan.― habló el contrario, su tono de voz se había tornado amargo y sin pizca de alegría en él. Un escalofrío recorrió el cuerpo del mayor, Jisung jamás le había hablado de esa manera y menos con ese tono de voz.

― y-yo sólo... quería saber qué te ocurría.― Soltó e hizo una pausa, a la par que pasó su mano por su cabello peinándolo y tocándolo con suavidad. Jisung le miró.

― nada, lo de siempre.― Soltó sin más, Jisung sólo se dispuso a levantarse de su sitio y a salir de ese lugar, sintiendo cómo su cabeza empezaba a doler y cómo su nariz empezaba a picar, indicando que las lágrimas amenazaban con salir.

Felix observaba desde su sitio, Jisung estaba comportándose bastante extraño últimamente, y eso a Lix le daba una curiosidad inmensa saber el porqué de su raro comportamiento. 

― huh, Felix. ¿Podrías venir aquí un segundo?―  Chan llamó al pecoso, quien sin ningún problema, asintió y se levantó de su lugar, para dirigirse al más pálido.― Ven, siéntate.― Ordenó una vez estuvo a su lado, él solo obedeció. Agarró una silla, la arrastró y la posó al lado de donde Chan se encontraba. El pecoso dirigió su mirada hacia Chan, y lo observó expectante, esperando a que dijera porqué lo había llamado. Chan sintió la mirada del chico y prosiguió a decir:― Continuemos investigando sobre la desaparición de Seo Changbin. 

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Changbin estaba a nada de perder la poca cordura que le quedaba. Su cabeza repetía una y otra vez que debía salir de ahí. Tenía la leve sospecha de que su madre y su pequeño hermano se encontraban en peligro. Además de que necesitaba saciar su sed de droga y dentro de esa casa se estaba volviendo loco, debía salir cuanto antes. Era su oportunidad, había salido del internado y ahora se declaraba desaparecido, podía huir, quería y debía hacerlo. Llevaría a Nina con él, sentía la necesidad de sacarla de esa casa.

Debían ser las nueve de la noche cuando Changbin se decidió de una vez por todas, correría lo más lejos posible y al fin sería libre.

Bajó las escaleras como de costumbre, aunque su corazón latía desenfrenadamente y sin control en ese momento. Giró hacia la izquierda, entrando así en la cocina. Para su mala suerte, Hyunjin estaba ahí, de espaldas. Su rostro palideció por completo al verlo ahí parado, el pelinegro giró su cuerpo al escuchar los pasos de Changbin detrás suyo. Bin se fijó en sus ojos, estaban... rojos e inchados. ¿Por casualidad, Hwang Hyunjin, había estado llorando? Preguntó dentro de su cabeza. Luego, su mirada se desvió hacia la punta de su bella nariz, la cual también yacía roja, aunque, menos que sus ojos. Ni se dignó a saludar al que acaba de entrar, aunque a éste poco le importó, para ser sinceros. Hyunjin volvió a lo suyo, elevó la mirada y extendió su brazo, agarrando la manilla del armario de la cocina, para así poder coger un vaso.

 ― ¿Y los demás?― Preguntó de sopetón, Changbin, quien ni siquiera había planeado hacer esa pregunta. Él se mantenía quieto en su lugar. Hyunjin lo miró levemente irritado, por su presencia.  

―  Creo que se fueron, no lo sé.― Y ahí supo que tenía vía libre.

― ¿Y Nina, está en casa?―  volvió a preguntar, ahora sí, causando que Hwang diera un golpe a la encimera con la parte lateral de su puño. Su poca paciencia se había acabado, y bien poca era la que tenía.

― ¿Puedes dejarme en paz y dejar de hacer tantas preguntas?― Soltó, ya harto. 

A Bin le molestó su reacción. Ahora debía pensar en cómo podía deshacerse del pesado de Hyunjin, ya que, supuestamente según Hyunjin, Seungmin y Woojin no estaban en casa y probablemente Nina tampoco.  

"mátalo" una voz interior resonó por toda su cabeza, retumbaba dentro de ella. Esa palabra se repetía una y otra vez dentro de él. Agarró los laterales de su cabeza con sus manos mientras que cerraba los ojos fuertemente, deseando con toda su alma que esa voz cesara de una vez por todas. 

Hyunjin escuchó un golpe, giró y vio a Chang ahí, sentado en el suelo con su espalda apoyada en la pared. No le importó en lo más mínimo y se disupuso a salir de ahí con el vaso repleto de agua que segundos antes se había servido. Changbin decidió hacer caso a esa vocecita, quedó cegado. En ese instante no se encontraba en sus cinco sentidos. 

Rápidamente, aún y encontrarse mareado y fatigado, se levantó del suelo, tambaleándose levemente. Sus ojos se encontraron con aquella plancha metálica, colgada y sujetada en la pared, donde los brillantes y relucientes cuchillos reposaban. Se acercó y agarró el más grande, apuñalaría a Hwang Hyunjin. 

Como pudo, salió de la cocina, aún tambaleándose. Tuvo que agarrarse del marco de la puerta para no caer. Se mantuvo ahí unos segundos, los cuales aprovechó para recuperar el aliento. Subió su cabeza y observó a Hyunjin, quien ya de espaldas, a penas subía del sexto escalón. 

Sin esperar más, Changbin agarró la camisa de Hyunjin y tiró de ella con una fuerza brutal. Tanta fue la fuerza que ejerció que Hyunjin cayó de espaldas por las escaleras. Tuvo la suerte de que, su cabeza fue mínimamente golpeada. Aún así, seguía consciente. El vaso se romió, causando un estruendoso sonido. Changbin le restó importancia a eso, ya que, se suponía que no había nadie en la casa.

Una vez Hyunjin estuvo tirado en el suelo, con el cuerpo bastantemente adolorido, Changbin aprovechó si se sentó a horcajadas sobre él.

Y de repente, se oyó una voz arriba.

"mátalo, rápido"

Y en un abrir y cerrar de ojos, Changbin clavó el cuchillo, que previamente había agarrado, en un costado lateral del torso de Hyunjin. 

espero que les guste mucho muchito
me despido, bai.
lxs amo.

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