Capítulo 11

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Anthony puso los ojos blancos por enésima vez e hizo lo que le indicaron. Odiaba esta parte del mes, donde tenía que ir a sus chequeo médicos o mejor dicho prestarse para ser conejillo de indias -como decía el-. Howard estaba casi seguro de haber encontrado la cura para su pequeño por lo que le había traído consigo a su taller en Latinoamérica, lo llevó casi a rastras, el castaño se negaba a que perdieran el tiempo con él y pidió a su padre que se dedicara a buscar algo mejor, como la cura para el cáncer con lo que ayudaría a salvar a miles de personas.

Él ya sabia que su destino era morir. Pero parecía que sus padres se negaban a eso.

Bajó de un salto la camilla cuando el medico a cargo le dijo que todo estaba listo, solo debían esperar unos minutos los resultados de la supuesta cura. Mientras pasaban los minutos se dedico a leer su expediente medico, hizo una mueca al ver el estudio que le hicieron hace unos meses, donde se mostraban sus arterias totalmente tapadas por el extremis.

Si que estaba cagado.

—Anthony, ya puedes venir—bufó al escuchar la voz del hombre—.Prometo que es lo ultimo, luego quedaras completamente libre.

Tony hizo una mueca, sabia que estaba mintiendo ya estaba enterado que debía ir el próximo mes nuevamente. Aun así se levanto y dejo que le chequearan su corazón por ultima vez en el día.

(...)

Se encontraba en la cafetería del hotel comiendo unas ricas donas de chocolate cuando su teléfono vibro notificándole que tenia una llamada entrante.

—Hola, perra—saludó.

—¿Enserio? ¿Lo único que tienes que decir es "hola perra"? no llamas hace días Anthony, eso no se le hace tu mejor amigo.

—Lo siento, crei que estabas ocupado tratando de seducir a tu vecino. Además, ¿de que te hablaría? Si no he hecho nada mas que prestarme para experimentos.

Uno: No lo estaba seduciendo y Dos: Por favor, estas de vacaciones.

Se llevo un poco de café a su boca.

—No son vacaciones. Bueno, ya, no quiero hablar de mi...¿Qué tal los chicos?

Loki comenzó a parlotear todo lo que había ocurrido estas ultimas semanas sin él, además de lo que estaba pensando para celebrar sus 18 años. Casi se atraganta al oír eso, había olvidado por completo el cumpleaños de su mejor amigo, pero en parte le alegro debido a que su padre le permitiría regresar antes debido a eso. La conversación se extendió por lo menos una hora debido a que el pelinegro le pidió ayuda en cuanto a la organización, decoración, bebidas, etc. Se extendieron más en la parte de los invitados, cada uno proponía a alguien y decían si le gustaba o no como para compartir , hasta que llegaron a cierta persona que hizo sonrojar a Tony.

—¿Qué opinas si invito a Steve? Digo, para que tenga un momento a solas...dijo el del otro lado de la línea con voz pícara—, con respecto a eso, LLÁMALE POR FAVOR.

Tony negó aún sabiendo que su amigo no podía ver ese gesto.

—¿Por qué le llamaría?

—¿Pir qii li llimirii?—dijo con voz aguda—Es obvio, idiota, te extraña. Y como no lo haría si desapareces después de que se comieran a besos y no le has llamado ni siquiera para decirle que estas bien.

Lo pensó por un momento. ¿Estaría bien llamarle? A decir verdad, extraña su voz más que a nada. Además, las cosas no habían quedado para nada claras ¿eran pareja, amigos con beneficios o simples conocidos? Varias veces había querido llamarle en estos días pero su orgullo decía que no, si realmente le interesaba el le llamaría. Pero no, ni siquiera un mensaje había aparecido en su pantalla, literalmente se estaba muriendo de ansiedad.

7 mesesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora