Capítulo 22

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Esa mañana Tony fue despertado con pequeños besitos que se esparcían por todo su rostro y cuello. Soltó una pequeña risita y cuando abrió sus ojos estos chocaron con otros de un color azul intenso. Sin esperar más, tomó por el cuello a su novio y lo atrajo para un largo beso. Steve no se opuso, al contrario, le encanto la idea y poco a poco se fue posicionando arriba de su castaño.

Claro, el momento no duro mucho ya que en ese momento la puerta fue azotada y por ella entro Peter con un gorro de cumpleaños mientras tocaba una corneta con gran alboroto.

—Arriba Tony, ya son diecio.... oh, lo siento no sabía que estaban ocupados.

Él castaño río y Steve se colocó al lado izquierdo de la cama. Peter aprovechó el movimiento para ir donde su primo y abrazarlo. Poco tiempo después ingresaron Howard, María y Jarvis, también, con un gorro de cumpleaños lo que hizo reír a los adolescentes.

Luego que todos dieran sus felicitaciones al cumpleañero se retiraron, no sin antes anunciar que el desayuno estaba servido. Tony se volteó a ver a su novio.

—¿Qué haces aquí tan temprano?—preguntó mientras besaba su mejilla.

—Quería darte una sorpresa, tu madre no se opuso y me dejo entrar.

Él ojimiel sonrió y besó cortamente sus labios antes de anunciar que iría a tomar una ducha. Mientras él hacía eso, Steve bajó hacia el comedor, donde todos estaban desayunando. Tomó asiento a un lado de Peter quien seguía con el gorro de cumpleaños al igual que Howard, sin esperar más comenzó a devorar su desayuno. Había salido de casa sin comer bocado alguno.

Veinte minutos más tarde Anthony hizo su aparición como toda una diva para luego tomar asiento frente a su novio. Como era su cumpleaños, le sirvieron su desayuno favorito y unas cuantas donas, las cuales devoro en pocos segundos. Casi se atragantó, por lo que se ganó un pequeño reproche de parte de su madre.

—Y bien, Steve, ¿vendrás a la fiesta que daremos más tarde?

Él rubio frunció el ceño, Tony no le había comentado nada. Al ver su reacción, María dirigió su vista hacia su hijo quien miraba el techo para no hacer contacto visual con ella.

—Creí que Tony ya te lo había dicho—dijo con voz seca.

—Y yo creí decir, no, corrección, dije y lo recuerdo bien... que yo no quería fiesta.

La rubia bebió un tragó de su café, comenzaba a perder la paciencia.

—Son tus dieciocho—intervino Howard—, creí que querrías una gran fiesta. Desde pequeño siempre lo dijiste.

—Pero cuando pequeño no sabía que iba a morir tan pronto y tampoco que el causante de mi muerte estaría aquí junto a miles de ancianos que no conozco.

—¡ANTHONY!

Él nombrado sin decir nada se levanto enojado con rumbo a su habitación. Steve pidió disculpas y fue tras él. Al entrar en la gran habitación se encontró con un Tony bastante enfadado lanzando una pelota de béisbol con todas sus fuerzas a la pared, luego la atrapaba y seguía con el ciclo. Sin decir nada, tomó asiento en la silla giratoria del castaño, esperando a que este se calmase.

—Si vienes a darme el discurso moral sobre no faltar el respeto a mis padres puedes irte.

Steve suspiró.

—Está bien que te hayas enojado con ellos, pero no la tomes contra mí, Tony.

Detuvo su pequeño jueguito y miró al rubio. Este le dio una mirada y con mala gana tomó asiento en su cama. Steve al poco rato tomo asiento a su lado y luego lo atrajo hacia él. Posterior a eso beso su frente con cariño.

—¿Por qué no quieres una fiesta, cariño?

Tony le miró obvio.

—Hey, lo sé pero—hizo que le mirara—. Prometo estar contigo toda la noche, sin despegarme ni para ir al baño si es que no quieres hablar con ninguno de esos "ancianos"

Él castaño sonrió de lado.

—¿Qué hice para merecer a alguien tan bueno como tú?

Steve se lanzó de espaldas a la cama, llevándose a Tony con él. Fue así como pasaron las siguientes horas dándose amor hasta que el teléfono sonó, anunciando que el rubio debía ir a su entrenamiento de cada fin de semana. Al castaño le costo dejarle ir pero finalmente lo acepto.

***

—¿Qué traje crees que me queda mejor?—preguntó Peter.

Él rubio castaño puso frente a él tres trajes que para él eran totalmente iguales, a excepción de la corbata. La mejor decisión fue llamar a Loki, quien era mas experto en moda en estos casos. Al llegar el pelinegro inmediatamente se lanzo a los brazos de su mejor amigo deseándole un feliz cumpleaños, luego, se dedicaron para lo que fue llamado.

A diferencia de él, Loki si notó una diferencia entre los tres trajes y pudo escoger uno "decente" como dijo el pelinegro.

Luego fue el turno de escoger un traje para Tony, quien era el más desanimado, pero de una u otra forma terminó riendo junto a su mejor amigo y su primo. Tuvieron que ir de compras ya que los trajes del castaño le quedaban un poco más grandes, debido a su delgadez.

Mientras esperaban a que Peter pagara -ya que según era el adulto responsable-, Tony junto con su mejor amigo se sentaron en uno de los muchos sillones a leer un revista. Estaban tan ensimismados que no se fijaron en quien era la persona que tomó asiento a su lado.

—Un gusto verte, Tony—la voz hizo temblar al castaño—. Por cierto, feliz cumpleaños.

Él castaño cerró los ojos mientras contaba hasta diez para luego mirar a su ex-novio, quien le sonreía coqueto.

—Gracias, Stephen.

Se volteó rápidamente hacia Loki para pedir ayuda pero este se encontraba en la misma situación de él, sin saber que decir. Incluso se podía decir que estaba incomodo. Agradeció mentalmente a su primo cuando este llegó, pero no esperaba por nada del mundo...

—Stephen, que gusto verte.

Él nombrado sonrió.

—Igual Peter, ¿podrías agradecerle por la invitación a los Señores Stark de mi parte?

—Por supuesto.

Tony negó con la cabeza y al mismo tiempo cruzó sus brazos en el aire. Loki desde atrás le tiraba aire con la revista. Cuando la pequeña charla de Stephen y Peter al fin terminó, Tony lo tomó con furia por las solapas de su chaqueta.

—¿Desde cuando son los mejores amigos?

—Luego de él incidente en la escuela fui a hablar con él y se disculpó, también me dio sus razones. Es buen tipo Tony, además no seas de esos ex-tóxicos.

Él ojimiel le soltó y respiró profundamente.

—¿Y qué es eso de la invitación?

Peter hizo una mueca, nervioso. No sabía como reaccionaría su primo ante la noticia.

—Las flores que te llegaron hace unos días las llevó él personalmente a casa, pero tú estabas durmiendo. Tu madre las recibió y lo invito a pasar, tu padre llegó en ese momento una cosa llevo a la otra e irá a la cena esta noche.

Tony tragó duro para luego caer sentado en el piso.

Su cumpleaños sería más difícil de lo que pensó.

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Maratón 1/?
Se nos viene un gran drama.
Me disculpo pero no puedo tener a Stephen como el malo, lo amo demasiado jaja.

Nos leemos mañana.

Recuerden votar.

Besitos.

7 mesesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora