Capítulo 4

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Un año y medio después...

Abril llegaba con una gran emoción hacia los demás, todos amaban ver las flores abrir sus hermosos pétalos de distintos colores. Pero para Tony era lo peor, sufría de alergias hacia el polen de estas y empeoraba su estado. Últimamente se veía más pálido de lo común y solía tener constantes derrames de nariz u ojos, en una ocasión llegó a desmayarse, cuando despertó en la enfermería tuvo que contarle todo a Loki que estuvo a su lado en ese momento.

Su relación con él y los demás chicos de su grupo no había cambiado, tampoco su enemistad con Steve Rogers había sufrido alguna alteración. Malteadas en la cabeza, empujones, esconder pertenencias eran cosas de todos los días entre esos dos. También había formado enemistad con alguno de los aliados de este como: Clint Barton, Sharon Cárter, Bucky Barnes y una chica llamada Wanda, la mejor amiga de la rubia oxigenada -como Tony le decía- y segunda al mando de las porristas.

—¿¡Qué hizo que!?

Su pregunta o más bien gritó hizo que varios chicos de la biblioteca voltearan a verlo ganándose un reproche por parte de sus amigos. Natasha, volvió a relatarle la historia de hace unos minutos atrás antes de llegar ahí, como Sharon, Wanda y Jane la habían encerrado en el cuarto del conserje. Tuvo suerte que este apareció solo unos minutos más tarde.

—Es que... ¿Qué se ha creído esa zorra?—volvió a levantar la voz—. Tiene el mismo síndrome de su novio, ¿Sabes? Iré a patear su trasero falso en este instante y...

La bibliotecaria lo hizo callar antes de decir que era un lugar público y debía estar en silencio. Tony bufó, tomó sus cosas y se marchó de ahí no sin antes despedirse de sus amigos.

Loki le siguió. Una vez afuera de ese lugar se sentaron en una banca de color café cerca de ahí.

—¿Qué harás?—le preguntó Loki—, quiero entrar.

Tony río y sacó un tinte verde de su mochila.

—Sería una pena que por accidente derramara esto en su cabeza.

Ambos rieron por la ironía. Luego armaron el malévolo plan, el pelinegro se fue inmediatamente a cumplir con su parte en cuanto la rubia pasó por enfrente de ellos. Mientras tanto, Tony fue a su casillero en busca de algo más. Tomó su mochila por las azas justo cuando Loki apareció corriendo por el pasillo.

—La vi entrar con Rogers a los vestidores—dijo—, supongo que sabes que van a hacer.

El castaño rió, para luego decir que entendía, que ya no estaba en la primaria. Fueron con dirección hacia los vestidores donde entraron en silencio, a lo lejos se podían escuchar unos leves gemidos y algunos gruñidos, tuvieron que cubrir sus bocas para que no escucharan sus risas. Tony fue al lavabo y abrió silenciosamente lo más que pudo el grifo llenando así el bote del basurero que habían volteado con Loki hace algunos minutos atrás. Mientras el castaño preparaba todo, el pelinegro buscó en silencio donde se encontraban mientras en su mente tarareaba la canción de misión imposible. Los encontró en una de las duchas que tenía cubículo, y le hizo un gesto a Tony. Luego, ambos tomaron un par de sillas y las colocaron en silencio cerca del cubículo.

—¡Stark!—gritó Steve cuando sintió como le caí agua tanto a él como a su novia interrumpiendo su momento privado.

En cuanto el castaño escuchó su nombre, tomó la mano de su amigo y procedieron a correr como si no hubiese un mañana. Cuando iba cerca de los grandes ventanales se fijó que un Rogers de cabellos rubio-verde enfadado lo seguía, apresuró más su carrera. Se sintieron a salvo de nuevo en la biblioteca, se ocultaron en el segundo piso de esta, cerca de los libros de química un lugar que obviamente Steve Rogers nunca pisaría.

7 mesesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora