Capítulo 25

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Tony levantó la mano a modo de despedida a Carol, quien se había marchado hace dos minutos. Se quedó mirando su mano por unos segundos... ¿por qué su mano era tan pequeña? rió porque no lo sabía.

¿Qué era lo que iba a hacer? Ah, sí, entrar a casa.

Pudo pasar perfectamente por la primera parte, aunque comenzó a jugar a no pisar las líneas. La parte difícil fue cuando intento subir las escaleras de mármol. No sabía donde pisar ya que los escalones le huían. Rió nuevamente. Cuando a duras penas pudo subirlo -cabe decir que tuvo que subir entre brazos y piernas- trató de golpear la puerta, juró que lo había hecho, pero nadie lo oía. Acercó su oreja a la puerta, para escuchar si había alguien. En ese momento la puerta se abrió y cayó como un saco de papas.

—¿Tony?—se escuchó una voz somnolienta.

Él castaño rió y trató de levantarse pero fue estúpido, ya que cayó nuevamente. Él desconocido tuvo que ayudarle. Una vez de pie pudo ver a su salvador.

—Peteeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeey—alargó—, ¿dónde estuviste toda la maldita noche?

Él nombrado frunció el ceño.

—Eso debería preguntarlo yo. Tuve que tranquilizar a tus padres toda la noche ya que tu decidiste desaparecer y luego llegó Rogers. ¡Tuve que excusarme con tres personas!

—¿Rogers? No me hables de ese idiota.

Se soltó del agarre de Quill y fue a la cocina. Mejor dicho intento caminar a la cocina, se confundió con muchos pasillos y extrañamente se quedó mirando una planta. Peter llegó a su lado.

—¿Sabías que gracias a esto respiramos aire puro?—dijo.

Peter frunció el ceño, Tony le miró y pudo notar sus lindos ojos completamente rojos. Suspiró cansado.

—Tony—llamó su atención—, ¿te drogaste?

Este negó.

—Sólo fumé marihuana.

—Es lo mismo.

—No.

—Sí.

—No.

—¿Quién anda ahí?—la pregunta hizo que los dos voltearan a ver al hombre al final del pasillo.

Peter abrió y cerró la boca buscando las palabras para explicar lo que ocurría, y no pudo evitar que Jarvis llegara a un lado de su primo. Esté le miró analizándolo, luego de unos minutos sonrió.

—Te pareces a mi mayordomo.

Jarvis miró a Peter.

—¿Qué le pasó?

—Está completamente drogado. No debió hacerlo por su condición y estoy seguro que se formará un drama si alguno de mis tíos se entera y yo caeré junto con él—susurró.

Él mayor suspiró, luego le pidió a Peter que llevará a Tony a la cocina mientras el le preparaba un café para entrarlo en razón. Lo sentó en uno de los asientos al lado de la isla y tomó asiento junto a él, trató de interrogarlo sobre dónde estuvo la noche anterior.

Él castaño le hablaba sin parar, casi ni respiraba. Pero de algo estaba seguro, si Steve se enteraba de esto moriría de celos, no sólo el saber que estuvo toda una noche con Strange si no también por la misteriosa "Carol" que lo hizo disfrutar su cumpleaños.

Le advirtió a Tony que no se fuera a ningún lado y se paró a un lado de Jarvis.

—Debemos llevarlo con un médico, el tiene prohibido beber.

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