Capítulo 9

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—¿Desde cuando son novios?—preguntó Janet.

—¿No que se odiaban?

—Son mi nuevo shippeo—declaró Natasha—. Aunque no se si confiar en él.

Con aquellas preguntas le perturbaron sus amigos una y otra vez desde hace dos días. Al parecer el concepto de "no somos nada" les ingresó por una oreja y escapó por la otra, el único que se mantenía en silencio era Loki quien de vez en cuando le miraba con una ceja alzada.

—Ya basta, concentrémonos en el proyecto ¿sí?

Las chicas bufaron, pero de alguna manera les convenció y fueron en busca de sus batas y gafas de laboratorio a sus respectivos lockers. Para su mala suerte, el suyo quedaba cerca del de Loki quien le molestó todo el camino.

—Entonces, ¿lo seguirás negando?

No le respondió.

—Al parecer si.

Le miró con cara de querer golpearle el rostro repetidas veces ganando que el otro hiciera una seña con sus manos en señal de paz. Cuando por fin llegó a su casillero notó que muchos chicos y chicas le observaban con total atención, no le interesó en lo más mínimo, después de todo, estaba acostumbrado a aquellas miradas.

Claro que no le interesó en lo más mínimo.

—Loki, ¿Tienes tú mi bata?—preguntó a su amigo que estaba a solo dos casilleros de él mientras rebuscaba debajo de sus libros.

—No, pero creo que tengo uno extra en el auto—dijo para el alivio de Tony—. Voy por él.

Le vió ir y volvió a revisar su casillero, era extraño, podría jurar que lo dejó ahí. Gracias a Odín sus antiparras si estaban. Estaba dando un último vistazo por si encontraba su bata cuando un cuerpo se apoyó ligeramente en el casillero de la izquierda.

—Hola, Tony.

Hizo una mueca con sus labios y cerró ligeramente sus ojos para contar hasta diez mentalmente.

Al parecer Rogers seguía con la idea de la amistad, le había estado siguiendo en los últimos tres días. Cosa que no ayudaba contra la burlas de sus amigos.

—Hola.

Respondió sin mirarle por lo que él rubio se ubicó más cerca de su rostro para que volteara a verle.

—¿Cómo estás?

Volteó a verle y notó que sus narices estaban a nada de juntarse, se echó hacia atrás disimuladamente.

—Me lo preguntaste esta mañana y supongo que es la misma respuesta ¿no lo crees?—alzó una ceja—. Te quedas sin tema de conversación ¿eh?

El otro rió levemente.

—Me atrapaste—admitió—, en cierta parte. Pero la verdad, no vine por eso.

Tony alzó otra vez su ceja, pero esta vez interrogante.

—Verás—comenzó—, últimamente he tenido notas demasiado deficientes en él área científica.

—¿Y qué necesitas, un aplauso? La verdad yo no te aplaudiría porque no es algo para celebrar pero si quieres—iba a palmear sus manos pero él rubio le detuvo ambas tomándolo por las muñecas.

Le acercó a él y rió, Tony se zarandeaba como una serpiente para escapar pero le era difícil.

—La verdad, supe que hacías tutorías... y pensaba...no lo sé...¿si p-p-pudieras hacerme una?

Dejó de moverse, ¿Acaso escuchó bien? ¿Steve "macho pecho peludo" le estaba pidiendo ayuda? No le sorprendía en lo más mínimo, siempre creyó que era un idiota sin cerebro. Un neantherthal más en la cancha.

7 mesesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora