Capítulo 10

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—Hola —murmura Ally suavemente, asomándose en la puerta de mi habitación

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—Hola —murmura Ally suavemente, asomándose en la puerta de mi habitación.

Ya son poco más de las tres de la tarde, por lo que la jornada escolar ha terminado y, lo más seguro es que se haya venido con Nathan mientras traían mi auto. Al llegar a casa, le conté a mamá que me sentí mal, que tuve un fuerte dolor de cabeza y la enfermera me obligó a venir.

He estado acostado todo este tiempo, inclusive me quedé dormido por unos minutos, porque no tenía nada con qué distraerme. Cualquier ápice de luz era molesto para mis ojos hasta hace unos minutos. Cuando sentí que mis ojos ya podían soportarla, encendí el televisor con el volumen tan bajo como podía escuchar y soportar, y mi tablet a un lado.

—¿Cómo estás? —continúa.

—Un poco mejor —le sonrío amablemente sin despegar los labios. Ella entra en la habitación, cerrando la puerta con sutileza.

Allison toma asiento en mi cama, a un lado de mí. Tengo la intención de sentarme también, pero, en el intento, un pinchazo me recuerda la razón de estar aquí, haciendo que me incorpore a una velocidad más lenta.

—Me duele más cuando hago movimientos bruscos o con ruidos altos —le informo.

Ella ríe levemente.

—Con razón hay tanto silencio.

Mamá dio la orden a Evy y a Alissa de no hacer tanto ruido por hoy, hasta que se me pasara el dolor... con los bebés es caso aparte, intenta que, si lloran, sea por la menor cantidad de tiempo posible.

—¿Cómo pasó? —pregunta.

Por un momento dudo en si decirle toda la verdad o no... Últimamente he notado que su humor cambia cuando, por alguna razón, Kate es mencionada, y no quiero estar de malas con ella hoy.

—No lo sé —decido darle la respuesta corta—. De repente, me dio un dolor de cabeza muy fuerte, me desmayé y me golpeé contra la mesa.

A su criterio queda si prefiere pensar en cosas sobrenaturales o no.

Ella mira la tablet, y hace una mueca divertida al ver el juego que está abierto. Es uno de esos juegos donde dan bolas de diferentes colores y debes lanzarlas hacia las demás del mismo color para ganar puntos o lograr un objetivo; una de las tantas variantes de Bubble Shooter.

—¿En serio? —me mira—. Pensé que eras un poco más... hombre.

La fulmino con la mirada.

—En mi defensa, Evy me convenció para descargarlo aquí y jugar cuando se la prestara —tomo la tablet—, pero me pidió que le pasara este nivel.

Tomo el artefacto y lo pongo en mi regazo mientras Ally se acomoda a mi lado, ambos con la espalda apoyada en el cabecero. Paso un brazo por sobre sus hombros para que esté más cerca y tenga un mejor ángulo mientras juego.

Enamorado de un fantasma [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora