Capítulo 35

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La noche.

Por fin ha llegado el momento de lucir nuestro esfuerzo por escoger un vestido que nos haga ver decentemente atractivas.

Anne y Daphne llegaron hace pocos minutos casi listas, a las cuatro nos faltaban los últimos retoques de maquillaje y listo.

—Si Louis o tu hermano te llaman pulga con esos zapatos, dales con el tacón en el ojo —comenta Anne al fijarse en mis pies.

Llevo puestos unos tacones de unos diez centímetros de alto, negros y de tacón grueso. Con esto claramente le llego a Louis a los ojos, aunque sea.

Una exclamación de parte de mamá desde la planta baja es suficiente para informarnos que Louis ha llegado, lo que significa que es hora de irnos. Al estar Maddie dentro del comité organizativo, debe llegar un poco más temprano que el resto de los estudiantes, y nosotros, por ser su nuevo grupo de amigos, estamos destinados a ser arrastrados.

Mis manos han comenzado a sudar de los nervios de que Louis me vea de esta forma tan arreglada. Extiendo las palmas y las sacudo levemente para secarlas con el aire a medida que las tres chicas van abandonando mi habitación.

Bajamos una detrás de la otra, y los piropos de los cuatro hombres, Jedd y mi papá incluidos, no tardan en llegar a nuestros oídos.

Daphne lidera el grupo, caminando como toda una modelo y haciendo poses al llegar a la planta baja, como si realmente estuviese en una pasarela.

—Nos quieren envenenar —Nathan tose falsamente, sacudiendo la mano frente a su nariz y boca para apartar el fuerte olor a perfume que ha inundado la estancia.

Cuatro chicas, cada una con una fragancia diferente, más tres chicos con tres aromas que nos derriten solo por ser perfume de hombre, no es para menos.

Un par de ojos verdes ignoran al resto de las chicas, fijándose en la última que baja las escaleras; en mí. Louis viste un traje negro, lleva el cabello peinado hacia arriba y hacia un lado, en un estilo no tan formal que contrasta perfectamente con la elegancia del traje.

Su mirada pícara y chispeante no abandona la mía en ningún momento, y siento cómo mis mejillas reaccionan ante eso... A veces es frustrante sonrojarme fácilmente.

Luego de saludar a cada una con un beso en la mejilla, centra su atención en mí, acercándose.

—Estás hermosa —murmura en mi oído cuando se ha acercado para saludarme de la misma forma que a las demás, dándome un suave beso antes de alejarse.

—Ahora quiero que posen —comenta mamá, sacando su teléfono y alistándolo—. Esta es una noche inolvidable e irrepetible, es su último baile de secundaria y debe quedar grabado no solo en sus mentes.

Louis y Nathan se colocan en los extremos, con Maddie y mi persona cerca de ellos, mientras que Jedd se coloca en medio de Anne y Daphne, haciendo una mueca orgullosa y fanfarrona, como queriendo dar a entender de que ambas son su cita para el baile. El flash llega a nuestros ojos, cegándonos por escasos segundos, en señal de que la foto ha sido tomada.

Enamorado de un fantasma [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora