Capítulo 13

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Observo a Ally con detenimiento, con la cabeza ladeada, los ojos entrecerrados y los brazos cruzados, mientras acomoda las cosas en su casillero. Es lunes a la hora del almuerzo, y estoy esperando a que ella termine de acomodar lo que llama "desorden" —su casillero siempre está impoluto, aunque ella diga que no—.

Pero esa no es la razón de mi mirada inquisitiva. Normalmente usa el cabello suelto y sin ningún adorno en él, hoy ha traído puesto un cintillo, sin embargo, hay algo más. La noto diferente, de una buena forma, pero no logro dar con los detalles.

—¿Por qué tanto acoso? —pregunta ella sin mirarme, tendiéndome dos de sus libros para que los sostenga,

—Te ves linda hoy —respondo con sinceridad, bajando mi mirada hacia lo que lleva puesto: la versión abrigada de nuestro uniforme de instituto—. El otoño te sienta bien.

—¿Quieres decir que los demás días no me veo linda? —sus ojos se encuentran con los míos bajo una mirada y una leve sonrisa pícara, el azul de estos resaltando, viéndose más llamativos y brillantes.

—Ehm... sí —toma los libros de mis manos para luego proceder a acomodarlos—. Solo que hoy te ves... distinta, en el buen sentido.

Un par de manos cubren los ojos de Ally, mientras que otro par punza su cintura con los dedos. Jedd es el culpable de que ella no pueda ver y Nathan se encarga de hacerle cosquillas. Maddie está de pie al lado de su novio, observando con gracia.

—¡Suéltenme! —exclama Allison con tono alargado, riendo a más no poder a la vez que se remueve—. ¡Esto es una tortura!

Con movimientos rápidos, toma los dedos de Nathan entre sus dedos sin que él se lo espere, doblándolos hacia atrás. El castaño se queja, pero no la suelta. Ally continúa tirando de los dedos mientras forcejea para huir del agarre de ambos.

Nathan y Jedd ceden al mismo tiempo, dejando que el impulso lleve a Ally hacia al frente y en diagonal, entre los casilleros y mi persona. En acto reflejo, estiro mis brazos para tomarla y acercarla a mí, evitando que se dé un mal golpe contra el metal.

—Gracias —apenas sube su cabeza para mirarme.

—Tranquila —le sonrío levemente y, por alguna razón, quedo embelesado con su mirada.

¿Sus ojos siempre se han visto de esta forma tan... atrayente, y nunca antes lo había notado?

Un carraspeo de parte de alguno de nuestros acompañantes me saca de mis pensamientos antes que pueda profundizar más en ellos. Ally también reacciona, dando un leve brinco entre mis brazos para luego zafarse y alisar su ropa.

—Los estábamos buscando para ir a comer juntos —nos informa Jedd.

De camino a la cafetería, noto que Maddie lleva puesta una prenda similar a la de Ally, solo que ella la porta en la división que hay entre el flequillo y el resto del pelo.

Enamorado de un fantasma [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora