[TERMINADA] La línea entre lo paranormal y nuestro mundo es muy delgada. Dos dimensiones diferentes coexistiendo en una misma realidad, tratando de encontrar un equilibrio, aunque realmente puede que haya ninguno.
Louis, Allison y Kate han vivido su...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Allison
—Esto no puede estar pasando... —me quejo, mirando el cielo por mi ventanilla del auto de Louis.
Acabamos de llegar al estacionamiento del instituto luego de un lento y lluvioso viaje, y justo ahora ha comenzado a llover más fuerte, el golpeteo de las gotas haciéndose cada vez más evidente en el metal sobre nuestras cabezas.
Se ha vuelto más evidente estar a mediados de otoño. Solo han pasado tres días desde que regresamos del viaje de cumpleaños de Madison, pero es como si en esos días el clima se hubiese puesto de acuerdo para empeorar.
Dejo caer mi peso en el espaldar del asiento, viendo con pesar cómo el camino que nos separa de la entrada del instituto se hace cada vez más y más borroso por la enorme cantidad de agua.
La sección del estacionamiento del profesorado es la más próxima a la entrada, lo que significa que los autos de los alumnos están más retirados.
—Creo que nos tendremos que quedar aquí un rato —canturrea Louis con ese tono juguetón, con ciertos aires seductores.
Si no lo conociera bien, creería que no se toma nada en serio.
—Tengo examen a primera hora —abro mi mochila y revuelvo mis cosas con cuidado de no hacer mucho desorden en busca de mi paraguas—. Además, no quiero que se arruine mi pelo.
No soy quisquillosa con mi apariencia, realmente no me importaría mojarme un poco el pelo si no tuviera el mismo peinado que usé de camino a la playa, y, evidentemente, quiero lucirlo.
Siguiendo con el «proceso de renovación» que comencé gracias a Maddie, le pedí a mamá que me ayudara a acomodar mi pelo con la trenza. El resultado fue mejor de lo que esperé, emocionalmente hablando, pues me he sentido un poco mejor conmigo misma en lo que va de día.
—¿Se puede saber el motivo por que hayas venido tan arreglada? —siento su mirada fija en mi cabello.
—Simplemente quiero lucir... lo —finalizo con algo de duda, sacando el paraguas color turquesa.
«Y hacer que te fijes en mí.»
—En ese caso, me encargaré de que el peinado entre a ese examen lo más intacto posible —se inclina hacia mí, estirando el brazo para alcanzar la guantera frente a mí y abrirla, pero se queda estático por unos segundos antes de mirarme con ojos curiosos.
—¿Sucede algo?
Inhala profundamente.
—Me gusta ese perfume.
¡Lo ha notado!
Louis Townsend, el chico que me empezó a gustar pocos meses después de la muerte de su novia ha comenzado a notar mis pequeños cambios.