Capítulo 17

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Acostado en la cama de Ally con los pies apoyados en el espaldar de la cama, miro las fotografías que ella tiene allí colgadas. Noah aún no tenía el año de vida y es el único que ha cambiado físicamente.

En el collage de nosotros dos, noto que no están las fotos que tenemos con Kate. Las ha quitado. Busco en mi mente las veces que he estado en esta misma habitación los últimos siete meses, tratando de recordar si esas fotos ya no estaban y no me había fijado.

En una de las fotos, aparezco besando a Ally en la mejilla y ella con una mueca enojada. Ese día la hice molestar haciéndole creer que había cortado parte de su pelo mientras dormía, lo creyó porque le mostré un mechón de cabello de Evy, quien tenía el largo hasta media espalda y quiso cortarlo hasta la altura de los hombros.

Ambas tienen el mismo color de pelo, lo que me hizo más fácil que Ally lo creyera.

Al pasar a la siguiente fotografía, estoy yo solo. Frunzo el ceño. En el lugar que ocupa Ally no hay nada, aparezco abrazando al aire; en la siguiente foto también estoy solo y mirando hacia un lado... hacia la nada.

—¿Qué haces aquí? —su voz me sobresalta y dirijo mi mirada rápidamente hacia la puerta. Ally está de pie en el umbral de su habitación con el ceño fruncido, expectante.

—Quise venir —me incorporo en la cama—. No había nadie, así que entré por la ventana —de reojo, veo las fotografías, y fijo mi vista en ellas sin entender nada cuando noto que Ally ha vuelto a aparecer en todas ellas.

—¿Por qué no fuiste a clases? —entorna los ojos—. ¿Tengo que recordarte la promesa que hiciste hace unos días?

—¿Con quién hablas, hermanita? —escucho la voz de Nathan provenir de las escaleras, acercándose y salvándome de un posible reclamo por haber huido del instituto.

Él y Madison se asoman en la puerta, haciéndome sentir por un momento en un intruso capturado infraganti.

—Los estaba esperando —los miro con inocencia.

—¿Para qué? —cuestiona Nathan.

—Se me ocurrió que, como es viernes, podemos hacer algo distinto. Que las sabelotodo aquí presentes sepan lo que es tener un poco de diversión.

—Me apunto —responde inmediatamente el chico—. ¿Tú quieres? —mira a su novia.

—Puedo hacer los deberes mañana o cuando llegue a casa en la noche —Maddie se encoge de hombros, besando el hombro del rubio.

Todos miramos a Ally. Ella mira a la pelinegra.

—Mi hermano te está corrompiendo —acusa.

—Mañana no tenemos clases, ¿por qué no aprovechar hoy? —Maddie habla como si eso fuese la cosa más simple del mundo. Y lo es.

Enamorado de un fantasma [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora