14- Una decisión muy dura

636 36 8
                                    

Janie:

- Es increíble…

Hipo y Janie estaban sentados, mirando la luna, y a los dragones. Zirus y Desdentao miraban juntos la luna. Era la primera vez que miraban el cielo juntos, como padre e hijo.

Zirus:

- “Hijo mío, nosotros los Furias Nocturnas tenemos un poder interior muy fuerte, que no sabemos despertar hasta que llegue el momento. Ese poder, es capaz de lo más grande que te imagines. Y ahora, que ya estás aquí conmigo, debes aprender a dirigir y cuidar de los nuestros. Como todo dragón Líder que se precie.”

Janie estaba algo asustada con lo que Zirus le decía a Desdentao. Sabía que ahora tendría que elegir una vida. Y su decisión, podría perjudicar gravemente a sus seres queridos.

Hipo:

- Janie…

La niña le prestó atención.

Janie:

- Dime papá.

Hipo:

- ¿Qué te pasa…? Pareces nerviosa.

Janie:

- Papá yo... tú y Desdentao, ¿Habéis estado juntos todo este tiempo, verdad?

Hipo:

- Claro, ¿Pero por qué preguntas eso…?

Janie no sabía como explicarle a su padre lo que Zirus le estaba diciendo a Desdentao. Eclipse sabía lo que estaba sintiendo; Se echó a su lado y apoyó la cabeza en sus piernas. Janie le acarició la cabeza cariñosa, un poco más tranquila.

Janie:

- Nada, papá. Sólo que… me alegra estar contigo en esta isla. Y que al fin me comprendas. Gracias papá.

Hipo le dedicó una mirada tierna.

Hipo:

- De nada, hija…

Estuvieron mucho rato mirando a la luna. Zirus estubo mucho tiempo contándole a su hijo la historia de los Furias Nocturnas, de la Piedra Estelar, los Furias Tenebrosas, y el gran Furia Estelar. Desdentao estaba realmente impresionado con cada cosa que le decía. Janie no sabía que hacer, se estaba poniendo aún más nerviosa. En ese momento, desearía no poder entender a Zirus. Después de mucho tiempo, Hipo, Janie, Eclipse y Desdentao: Entraron en la jungla de nuevo, acompañados de Zirus.

Zirus:

- “Bueno, espero que descanséis bien. Hasta mañana hijo… Piensa en todo lo que te he contado.”

Desdentao le dedicó una mirada indecisa a su padre. Una mirada, que Hipo no logró entender.

Janie:

- Igualmente, Zirus. Que descanses…

Hipo:

- Sí, que descanses.

Zirus se retiró a su cueva a descansar. Desdentao ya no parecía el mismo. Estaba algo nervioso, asustado, e indeciso. Hipo lo pudo notar, pero no quiso decirle nada.

Hipo:

- Bueno… Janie, es tarde.

Janie:

- Sí, papá…

Hipo recostó la espalda sobre un tronco de árbol. Desdentao se echó a su lado. Se recostó enroscando su cola alrededor de él. Janie se echó sobre el vientre de Eclipse. Este estaba tumbado de la misma manera. Antes de dormir, Janie pensaba en todo lo que había pasado, y en lo que podría pasar mañana.

Sueño de Janie:

Aparecen Desdentao, Eclipse, y Zirus. Todo está en llamas. Puede ver que Zirus, está tirado en el suelo cubierto de cenizas. Parece mal herido y débil. Eclipse y Desdentao están llorando.

Desdentao:

- ¡¡Ruaarr…!! (Con mucho dolor y pena.)

Eclipse:

- Ruarr… (Angustiado y desesperado)

Janie no aparecía, ni Hipo. Sólo los dragones no entendía nada. Sólo pudo notar una luz potente y cálida en su cara. Sus ojos estaban abriéndose.

Fin del sueño.

Una cara de dos ojos ámbar la despertaron.

Janie:

- Mmm… Hola colega…

Janie se desperezó y se levantó. Pensó en lo que acababa de soñar. Pero no entendía nada. Decidió olvidarlo. Miró al otro árbol; Vio que su padre y Desdentao no estaban.

Janie:

- ¿Papá…?

Eclipse la empujó suavemente con la cabeza. Ella comprendió que lo que quería era guiarla. El dragón la llevó hasta una selva repleta de mangos, y otras frutas tropicales. Su padre estaba recogiendo unos pocos. Y Desdentao pescando en un río cercano.

Hipo:

- ¡Hola hija!

Janie:

- Papá.

Hipo la ofreció un mango. Ella lo cogió.

Janie:

- Gracias papá. ¿Has venido para coger comida?

Hipo:

- Sí. Zirus nos enseñó esto y bueno, pues está muy bien.

Desdentao sacó un salmón enorme del río. El pez se sacudió en tierra hasta que este, terminó de matarlo. Se lo ofreció a su hijo, que enseguida se lo comió con gusto. Janie dejó el mango en el suelo y miró seria a su padre.

Janie:

- Papá…

Hipo:

- ¿Sí?

Janie:

- Sabes que Desdentao... es buen amigo tuyo… y que… bueno, siempre habéis sido muy amigos.

Hipo:

- Hija, entiendo que este lugar te guste.

Janie:

- ¿Qué?

Hipo:

- Pero tienes que entender que nuestro hogar, es Isla Mema. Tu madre nos está esperando. Debemos volver.

Janie:

- No, ¡Papá, no es eso…!

Hipo:

- Nos iremos hoy. Deberías ir a buscar tus pieles, y despedirte de Zirus.

Janie no pudo acabar su frase. Hipo la interrumpió. Ella no dijo nada más. Sólo se fue a sentar a la roca del campo. Eclipse estaba con ella.

Janie:

- Ah… amigo, no sé que va a pasar…

Eclipse:

- Rrr, rr. (Ánimo.)

Janie:

- Mi padre no entiende esto… y me da pena que…

El Furia Nocturna miró los ojos azules de la chica. También estaba muy indeciso. Janie lo entendió, le acarició suavemente la cabeza mientras le decía en bajo.

Janie:

- Tranquilo amigo, decidas lo que decidas… yo siempre te voy a querer…

Dice abrazándose a su cuello mientras notaba que unas débiles lágrimas, caían por sus mejillas empapando la piel escamosa de Eclipse. Él cerró los ojos, también soltó una débil lágrima. Más tarde, Hipo, y Desdentao venían junto a Zirus. Eclipse se incomodó, al igual que Janie, quien los miraba nerviosa y preocupada.

HTTYD IIIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora