5- Un descubrimiento

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Janie:

- ¡Al fin te paras!, ¿¡Pero se puede saber que haces!?

Pregunta muy sorprendida viendo al dragón escarbar en la roca.

Janie:

- ¡Eh, estoy hablando contigo!

Janie lo toca para que se gire, pero sólo consigue enfurecer más a Eclipse, quien la mira con dos rendijas de ojos mientras ruge de rabia.

Eclipse:

- ¡¡Ruagghh!!

Janie se cae para atrás del susto. Se levanta algo asustada. En ese momento recuerda que su padre le había dicho que antes de montar a un dragón y confiarse de él, había que forjar una buena relación de amistad con él. Se apartó un poco aterrada. Eclipse acabó cansándose de escarbar. Se volvió hacia Janie, la veía algo aterrorizada. Él se acercó hacia ella despacio. Janie se apartó bruscamente.

Janie:

- ¡No te acerques!

Eclipse:

- Rrr…

Intentaba calmar su miedo. Pero ella seguía asustada. Probó acercándose lentamente y agachando la cabeza. Pero ella volvió a apartarse con brusquedad.

Janie:

- ¡He dicho que no te hacerq-¡

Pero antes que pudiera acabar la frase, el suelo se hundió y cayó hacia un enorme río.

Janie:

- ¡¡Ahh!!

Eclipse se percató de ello. De inmediato saltó en picado hacia ella. Logró ponerse debajo antes de que cayera, y pudo elevarla hacia lo alto. Janie miraba sorprendida al dragón.

Janie:

- Gra- Gracias por… salvarme la vida, Eclipse.

Eclipse:

- Ruagh. (De nada)

El dragón volvió a dejarla en el suelo. Después de que la salvara ya no le tenía miedo. Se acercó a él despacio, estirando el brazo. Eclipse iba a acercar su cabeza hasta tocar su mano con ella. Pero el crujido de una planta alertó de nuevo al dragón. Volviéndose agresivamente hacia el ruido.

Eclipse:

- ¡Ruagh!

De nuevo la cola volvió a aparecer, Eclipse no perdió oportunidad. Corrió tras ella una vez más, seguido por Janie, quien avanzaba torpemente entre la espesa jungla. La cola desapareció en una enorme cueva oscura. Eclipse quedó en la entrada, mirando el lugar.

Janie llegó a su lado y quedó igual de impactada.

Janie:

- Wohh…

Eclipse:

- Rrghh…

Eclipse fue caminando poco a poco, entrando cuidadosamente en la oscura cueva. Janie lo seguía, algo asustada. Aprovechándose de su poder, Eclipse lanzo un fuego fatuo a una roca, iluminando así el lugar. Caminaron despacio, observando que no había peligros

Janie:

- Eclipse… ¿A dónde piensas ir?

El dragón de detuvo en la entrada de dos túneles. Los observaba confundido. Olfateó ambos lugares, pero no le decía nada.

Janie:

- Que tal… ¿El de la derecha?

Pero las pisadas de alguien corriendo se oían dentro del túnel de la izquierda, lo que le hizo reaccionar a Eclipse, corriendo tras las pisadas. Janie no hacía otra cosa que seguirle y preguntarse de quien serían esas pisadas, y a dónde les llevaría ese túnel. Las pisadas y la oscuridad desaparecieron al llegar a la salida. Una fuerte luz les cegó a ambos. Era un lugar alto. Janie y Eclipse se quedaron de piedra al mirar lo que había delante de ellos. ¡Era otra enorme isla tropical!, pero mucho más impresionante. Tenía luz solar, ríos, cascadas enormes, y una hermosa jungla llena de árboles tropicales.

Janie:

- ¿Dónde estamos…?

Eclipse mira que más delante de la jungla, hay un hermoso valle de praderas verdes, dónde habían algunos dragones correteando y jugando divertidos.

Janie:

- Increíble…

Un dragón negro pasó volando por encima de ellos muy aerodinámicamente. Pero los ojos de Janie y Eclipse se agrandaron como platos al reconocer que era ¡Un Furia Nocturna!, sí, y no sólo uno, sino que toda la isla, ¡Estaba repleta de Furias Nocturnas!

Janie:

- Nuestros padres no se lo creerían…

Dijo mirando alucinada a los Furia Nocturna volar y pasear libremente.

Janie:

- Amigo, ¡Creo que hemos encontrado una isla de Furias Nocturnas!

Eclipse:

- ¡Ruaghh! (¡Sii!)

Janie:

- Es increíble…

Algunos Furias Nocturnas volaban libremente por la isla; Otros caminaban o corrían entre la jungla o por las colinas verdes. Otros eran padres, y estaban jugando con sus hijos o alimentándoles. Realmente, ¡Era increíble!

- Rr, rruar…

Al oír eso, Eclipse reaccionó enseguida. El ruido provenía de detrás de una roca; Era el mismo animal de antes, y de eso, Eclipse estaba seguro. Se estaba preparando para saltar encima, pero entonces, una pequeña cabecita negra de ojos azules se asoma entre las piedras. ¡Era una cría de Furia Nocturna!

Janie:

- Oh…

El pequeño, curioso, se acerca lentamente a Janie, olfateándola. Luego mira a Eclipse divertido.

Janie:

- Así que el pequeño de antes eras tú todo el rato, ¿Eh…?

Dragoncito:

- Rr, ruarr…

El pequeño se subió de un salto a Janie, ronroneando.

Janie:

- Oh… qué bonito eres…

El pequeño dragón le lame la cara a Janie.

Janie:

- ¡Ja, ja, ja!, ¡Me haces cosquillas…!

El pequeño la mira curioso, luego Janie lo deja cuidadosamente en el suelo. No era más que un bebé, y era extraño que su madre no estuviese con él.

HTTYD IIIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora