17- Yo creo en ti

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Al oír eso, Zirus comenzó a preocuparse realmente por su hijo, quien intentaba dominar a la piedra con todas sus fuerzas.

Zirus:

- “Hijo, ¡Para!, ¡Tienes que dejar de luchar contra la piedra, es más poderosa!”

Pero Desdentao no escuchaba a su padre y seguía intentando dominar la piedra con todas sus fuerzas. Aunque, en vano.

Zirus:

- “¡Para!, ¡Desdentao no eres el elegido para dominar la piedra, tienes que detenerte…!”

Zirus rugía con todas sus fuerzas. Pero Desdentao no hacía caso.

Janie:

- ¿Y ahora?

Zirus:

- “Hay que conseguir que deje de luchar contra la piedra, de lo contrario, su misma energía le matará.

Los ojos de Janie se abrieron en grande de horror y espanto. De inmediato le gritó a su padre.

Janie:

- ¡Papá, tienes que conseguir que Desdentao te escuche, y deje de luchar contra la Piedra Estelar!

Hipo:

- ¡Entendido!

Hipo dirigió su atención hacia su amigo, quien estaba dolorido por seguir intentando tomar el control de la piedra.

Hipo:

- ¡Desdentao!, amigo, ¡Para!, no puedes luchar contra esta piedra, tienes que dejar de esforzarte así. ¡Por favor, campeón, te estás haciendo daño…!

Desdentao comenzaba a detener poco a poco su esfuerzo.

Hipo:

- Eso es, campeón… despacio… tú puedes.

Desdentao había dejado de hacer fuerza. Pero algo extraño pasó. La Piedra Estelar había emanado más energía, y la estaba consumiendo en Desdentao.

Desdentao:

- ¡¡RUUAGHHH!!

Hipo:

- ¡Desdentao…!

Janie:

- ¿¡Qué le está pasando!?

Zirus:

- “La Piedra Estelar está tratando de consumir la energía vital de Desdentao. ¡Si no la detenemos lo matará!

Janie:

- ¿¡Qué…!?

Hipo:

- Janie, ¿Qué ha dicho?

Janie:

- Papá, ¡Tienes que ayudar a Desdentao, la Piedra Estelar quiere robarle su energía, tienes que animarle para que luche y salga de su control!

Hipo:

- De acuerdo.

Hipo se levantó sobre el lomo de Zirus, y sin pensárselo dos veces, se tiró al vacío.

Janie:

- ¡¡Papá…!!

Eclipse:

- ¡¡Ruaghh!!

Hipo cayó sobre una plataforma. No se había hecho daño. Rápidamente, corrió hacia Desdentao esquivando árboles caídos, rocas, escombros y fosas. El dragón estaba dolorido tratando de liberarse de la fuerte presión que se le echaba encima. Tenía los ojos cerrados y apretaba la mandíbula con fuerza por el dolor que soportaba.

HTTYD IIIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora