Capitulo diez

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James no tardó en llegar. Me tendió las manos y me ayudó a levantarme. Él me sonrió y no pude devolverle la sonrisa.

- ¿Os importa que me la lleve? - Le preguntó a las chicas.

-No, claro que no - dijo Lucy.

James tiró de mi mano y miré hacia atrás para ver a las chicas animandome. Me monté en la parte del copiloto y esperé a que él se montara. Cuando arrancó y salió del aparcamiento cogió mi mano.

- ¿Qué pasa? - me miró. Me encogí de hombros.

- Me los he encontrado, yo... - él se paró en un semáforo en rojo y me miró.

- ¿Crees que no podrás superarlo?

- Si Justin volviera a mí, yo volvería a él. - volví a mirarlo.

- Sigues enamorada de él.

- Si.

- ¿Y si no vuelve a ti? - me encogí de hombros.

- No lo se...

- ¿Cuánto tiempo hace que lo dejasteis?

- Cinco meses.

- ¿Y crees que volverá a ti?

- James, un corazón roto es como un espejo, si intentas arreglarlo, puedes cortarte. No quiero que te cortes.

- ¿Y si quiero arriesgarme? - nos miramos a los ojos. Esquivé su mirada y miré por la ventana cuando el semáforo se puso en verde. Entramos en una rotonda, pero me di cuenta que no tomaba la salida correspondiente, si no que estaba girando.

- ¿Dónde vas? - pregunté extrañada.

- Volvemos a club.

- ¿Qué? No, no quiero verlos.

- Iremos a bailar, no tienes por qué irte porque ellos estén allí. - él tenía razón.

Cuando llegamos a la pista de baile y localizamos a Helena y Lucy ellas sonrieron al vernos. Nos unimos a ellas. Bailé con James y con las chicas.

Quizás debería de darle una oportunidad a James. Después de todo, me entendía.

Me desperté y cerré de nuevo los ojos debido a la claridad. Puse una mano en mi cabeza debido al dolor que sentía. ¿Qué había pasado?. Me incorporé un poco para darme cuenta de que esta no era mi habitación.

Me destapé y me senté en el borde de la cama. Aún llevaba mi ropa de anoche puesta.

- Buenos días - James apareció por una puerta que suponía que sería el baño. Llevaba una toalla liada alrededor de su cintura. Sus pelo estaba mojado y aún varias gotas caían por su abdomen desnudo.

- ¿Que ha pasado? - murmuré.

- Ayer bebiste demasiado.

- No me acuerdo de nada. - Se acercó a mi y me dio el vaso de agua y la pastilla que estaba encima de la mesita de noche. - Gracias. - me la tomé y volví a dejar el vaso en la mesita. - ¿En serio me emborraché? - dije sin poner creerme mi actitud.

James se giró y sonrió. Tapé mi rostro de la vergüenza. Me levanté y me asomé al balcón que tenía para que se vistiera. El frio viento dio en mi rostro y lo agradecí. Cerré los ojos un momento para intentar recordar algo.

Nada. James se puso a mi lado vestido con unos pantalones de chándal.

Lo miré y volví a mirar de nuevo al frente. - Espero no haber hecho nada estúpido ayer.

James sonrió - No, no lo hiciste - asentí. - ¿Me vas a dejar arriesgarme? - lo miré.

- ¿Verdaderamente quieres hacerlo?

One last timeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora