1.

749 21 2
                                    

Aún estaba en el cielo cuando los ángeles me cantaban al oído, escribía poemas de la vida y mis cosas cotidianas; saltaba de nube en nube, mis ojos veían lugares sin recodar a nadie y no me importaba que alguien se fuera. Pero una tormenta de cenizas tomaron el cielo para hacerlo opaco y obscurecerlo; ¡Sabía que alguien tenía que detener la epidemia! Así que me ofrecí para bajar al lugar de donde provenían las cenizas, era arriesgado porque era el infierno.
Con miles de armaduras me equipe y bajé, el lugar hacia que me sintiera extasiado y bastante bien. Vi esa nube de ceniza que se levantaba y tomaba forma de ti con cuerpo delgado, cabello corto y cara tierna; me pedías entrar debajo del lugar señalado pensando que ahí era en dónde podría acabar contigo, sin embargo tú estabas ahí conmigo frente a frente, totalmente hipnotizado por tu belleza, la ceniza se acercó a mí y tocó mis labios.

- Nadie se va a enterar mientras ninguno de los dos diga nada.

Nada.

Ese aroma era tan hechizante y excitante que hizo que me quedara contigo quemándome hasta que me convirtiera en ceniza y ser juntos uno mismo.

¿A que me refería con "uno mismo"?

Pronto tu ceniza se hizo blanca y otro llegó para estar mejor contigo mientras que yo, yo analizaba el "Uno Mismo."
Claro que duele ver cómo esa ceniza blanca hace lo mismo con tus labios, como lo hiciste con los míos. Los años que pasan no ayudan en nada por que para mí siempre serás la primera razón de porque ya nunca volví al cielo. Por eso TE AMO.

MELANCOLÍA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora