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El carbón negro manchaba mis zapatos blancos, pronto subiría a mis pantalones, mi camisa hasta tiznarme la cara. El infierno era vacío el primer día, solo estábamos tu, yo y la ceniza blanca que te manchó; mi armadura poco a poco se desgastaba mientras estaba posada en el fuego que había de esquina a esquina del cuarto grande. Eran veces en que no comía por estar pensando en ti, la primera vez ¡Dios, que maravilloso día! Esa sensación en mis labios, tu recuerdo vivo en mi memoria formando alusiones de un tiempo juntos; días que nunca pasarían aún los recuerdo con rencor.

El fuego que se propagaba pronto se comenzó a apagar al igual que el amor que sentía por ti. Tú ya habías desaparecido y te habías largado con la ceniza blanca dejando rastros de amor en el suelo los cuales tuve que limpiar con recuerdos, canciones y libros cortos.
Date cuenta en la manera en como te veía y te sigo viendo, como mis ojos miran directamente en el espacio que existe entre tus cejas para verme un poco más retador.
Todo acabó sin siquiera darme cuenta. Aquel amor rezumaba en mis oídos como un mosquito que me recuerda que fuiste la primera razón.

"UNO MISMO:
Mi ser mismo.
La manera de referir mis sentimientos.
¿Algún día fuí feliz?, O solo intentaba serlo.

Ya son dos meses que llevo aquí abajo y extraño cuando mis amigos me apoyaban para salir adelante, hoy esos amigos han muerto al igual que yo. La escuela era mi lugar favorito.

Ay como recuerdo el pasado cuando miraba el paisaje camino a la escuela y pensaba que algún día tendría un amor.
Ay como me lamento el día de hoy.
Ay Dios santo, ayúdame a superar esto.
Ay ser mismo, que estúpido eres."

MELANCOLÍA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora