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El Tercer Recuerdo:

Jurar y prometer, algo distinto sin nada que ver. Jugar y apostar, la misma proporción. Vaso y copa, el tamaño y la altura. Amor y ser delicado, un sentimiento y una acción.

Todos aunque no lo creyera tenían algo en común, todos tenemos algo en común, hasta las cosas más indiferentes sufren y tienen alguna cosa común con aquello que es diferente a ellos.

Ambos sabíamos bailar pero nos daba pena hacerlo en público, ambos teníamos chinos, teníamos braquets y los labios un poco gruesos. Pero a mí no me gustan los deportes y a ti te encantan, yo amo el picante y tú no lo toleras, yo adoro la lectura y tú ver una pelota, yo te amo a ti y tú amas a alguien más.

Ya yo sabía que estaba perdido en ti, en tus ojos y en tu belleza. Al término del año te empezaba a seguir y no te perdía nunca de vista, tu nombre siempre me marcaba y me perseguía cada que pensaba algo.

Cada noche rezaba y le imploraba a Dios que estuvieramos juntos el año siguiente para así conocerte mejor y que esa pared que nos dividía la tumbaramos juntos. El día llegó y cuando llegue a leer las listas en el primer espacio estaba mi nombre pero el tuyo no estaba, te busqué y cuando te encontré ya estabas sentada con tus amigas, juntas como lo pretendieron.

No me quede solo, me quedé con las personas menos hipócritas pero esa pared, esa maldita pared nos volvió a dividir y nos separó durante un año más.

"En verdad te quería a mi lado, jamás quise que esto pasará y mañana cuando te vea te miraré hasta hacerte sentir incómodo. En verdad me importas."

MELANCOLÍA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora