MELANCOLÍA.

14.

El Quinto Recuerdo:

Resurrección y Blasfemia.

Me sentía confundido, atrapado en una burbuja o atrapado en un laberinto. De mi mente no salías y por más que trataba de sacarte no podía.

El recuerdo más vivo era en verte pasar, obligado a verte y tener que estar totalmente paralizado tratando de no hacer ningún un contacto contigo.

De los miles de recuerdos que tengo de ti hay uno que me marco por completo.

Yo estaba totalmente postrado en el paso, mi lugar principal donde siempre esperaba a las personas menos hipócritas; recuerdo que ya sentía cosas por ti y justo pensaba en ti cuando pasaste en frente mío caminado por el paso.

Eras de esas personas que utilizaban una prenda arriba del uniforme, ese día era una sudadera color naranja que me hizo voltear a verte y analizar tus ojos un momento, solo un momento que sentí eterno y entre mi eternidad subiste la mirada para verme y los dos nos sentimos incómodos que bajamos la cabeza.

Tus ojos aún seguían postrados ante mi pero la eternidad ya había acabado. Las personas llegaron y no fui con ellas así que corrí lo más que pude hasta que mi corazón se cansará para que dejara de acelerarce por ti y fuera por algo más, no quería que nada fuera por ti, nada, nada, nada pero hoy quiero que formes parte de mi vida y te hubiera perdido.

Y aunque aún no quieres remediar el daño hoy recordé este día, dónde quise burlar tu amor lleno de odio, locura y extasis. Llegaste a resucitarme cuando creía que iba a morir pero al mismo tiempo hiciste que creyera de manera brillante en que no existes y no existiras de la manera en cómo te alabo y admiro, tengo pensamientos blasfemos en contra de ti, tu cariño y lo que me haces sentir...