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Las manecillas del reloj avanzan y no paran, cada segundo que pasa es un momento perdido contigo y que te olvido.

No quiero olvidarte, quiero tenerte y besarte. Siempre quise saber donde vivías, es decir, nunca lo supe o al menos no hasta ahora.

Ayer pasé por esa esquina en donde el semáforo viejo parecía nunca cambiar al amarillo; recordé los años en donde te posabas ahí y te alejabas de todo tu alrededor y te perdías en tu teléfono, esperabas la llegada del auto negro el cual te llevaba a tu destino. Cada día salía temprano porque quería verte ahí pero cuando llegaba el auto yo corría hasta alcanzarte pero tú dabas vuelta y veía como desaparecias.

Hoy pudieras haber estado para mí sin importar nada, solo tú y yo. "TE AMO", algo que nunca pude decirte y que jamás lo voy a poder hacer.

Mis sueños eran contigo, imaginarme lo feliz que pudimos haber sido, como el amor triunfará, luchara y fuera vencedor; sin embargo se mantiene débil, frágil, casi muerto y es vencido.

Conforme pasa el tiempo te das cuenta que las personas a tu alrededor cambian, mueren y otras nacen. No todos somos especiales, no a todos les caemos bien. Si algún día que ya no te recuerde y esos lugares pasen desapercibidos miraré el cielo en su pleno atardecer, uno en especial donde el azul se convierte en rosa y las nubes están dispersas, ahí les diré que te recuerdo y que cada día cuento el tiempo perdido y olvidado para decirte cosas, desgracias y alegrías.

Tengo tanto que contarte...

MELANCOLÍA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora