El inicio de todo.

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~ Everybody knows - Sigrid ~


Magnus.

1933

A tan solo mis ocho años yo era una persona que sufría al igual que mis padres, honestamente no tenía cierto conocimiento de el porque sobre ello. Éramos excluidos de muchas actividades entre ellas; salir al parque con los demás niños, ir a la misma escuela que mis compañeros, papá fue despedido de su trabajo y a mamá le prohibían entrar a las tiendas. Todo esto por el hecho de ser judíos, no entendía muy bien el significado de aquella palabra en ese entonces, solo sé que era discriminado por tener padres judíos.

Dolía tanto dejar de ver a Catarina, mi mejor amiga. Siempre se me juzgo por ser tan apegado a las mujeres, ¿pero qué había de malo en eso? no lo sabía, yo era pequeño y aún no entendía la crueldad de el mundo real. Tan ingenuo.

Había oído hablar a los padres de Catarina que el gobierno Nazi aprobó una ley que excluía a los judíos, en ese momento ellos me alejaron de ella y aún tengo grabado en mi mente la mirada de desprecio de ellos, Cat lloró y dijo que no quería dejarme, pero ellos se la llevaron y nunca la volví a ver.


Alexander.

Yo me aferraba a ellos, los sostenía con una fuerza que no sabía de donde había sacado. Amenazaron a mi madre y ella me obligó a dejarlos ir. Oh, amaba tanto los libros, fue algo triste para mí ver cómo me los quitaban y los arrojaban al fuego.

- Los judíos son ignorantes, estúpidos, sus escritos son un eufemismo para la humanidad. - había dicho el guardia cuando los quemó.

Se me había prohibido leer o conservar libros escritos por judíos. Yo no era judío y tampoco era idiota a pesar de tener nueve años sabía de qué se trataba todo esto, era triste y daba tanto coraje ver tantas obras quemándose sin más. Estos tipos, los nazis, eran unos tontos. Y pensar que al siguiente año el príncipe de los tontos y crueles* reinaría mi ciudad.



1935

Alexander.

Yo estaba llorando, Isabelle, mi hermana, me miraba con tristeza y mis padres lloraban frente a mí, todo era trágico y triste.

- Ven, pequeño bebé. - corrí a sus brazos y me refugié en ellos.

Mi madre siempre calentaba mi alma con un abrazo, ella era acogedora y sus brazos eran mi más grande calma.

- Yo lo siento, mamá. - susurré y mi padre se acercó apretándose contra nosotros.

Sí, bueno todo era un desastre ahora. Había confesado que era homosexual y dirán ¡Pero aún eres muy pequeño! Yo sé, pero mi familia siempre había dicho que tenía una mente demasiado madura para mi edad, tenía doce años y estaba seguro de lo que quería. Mi familia al parecer no había tenido problema con ello y todo iba de maravilla, bueno dentro de lo que es.

El problema llegó cuando por la radio anunciaron la nueva noticia; Era delito todo acto o persona homosexual y en pocos días empezaría la captura de hombres homosexuales. La noticia fue un impacto tan crudo para mí que no quise salir de mi habitación y lloraba mi padre dijo que no había de que preocuparse, ¿pero lo decía en serio? tenía tanto, tanto miedo de ser arrestado por el simple hecho de tener diferentes preferencias.

Amor en guerra. (Malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora