Gideon.
En los primeros años del Tercer Reich* varias autoridades centrales,
regionales y locales de Alemania
establecieron campos de
concentración para detener a
opositores políticos al régimen, que
incluían a comunistas, socialistas,
sindicalistas y otros alemanes de
círculos políticos liberales y de
izquierda. En la primavera de 1933,
las SS establecieron el campo de concentración de Dachau, que sirvió como modelo para un sistema de campos de concentración centralizado y en expansión bajo el
mando de las SS.Mi padre, Benedict, era parte de la Gestapo unos años después de ser creada y yo a los veinticuatro años ya estaba casado con la mujer más hermosa que pudiese existir, lastimosamente yo no iba a tener una vida "feliz". Siempre supe que mi padre estaba metido en cosas desagradables, pero no imaginé cuanto de mal estaba.
Cuando los judíos, las personas en desacuerdo con el gobierno del Führer*, los homosexuales, y bisexuales comenzaron a ser arrastrados a los campos de concentración, mi padre fue uno de los tantos responsables en arruinar las vidas, o ser cómo un verdugo.
Mamá había muerto hace ya unos años y Gabriel, mi hermano, había sido enviando a otro país a servir como soldado. Pero definitivamente desde que mamá se marchó mi padre jamás volvió a ser el mismo, se volvió cruel y despiadado así que cuando le ofrecieron un lugar en la Gestapo, no se detuvo a pensarlo dos veces.
Un año después de que mi padre estuviera dentro de lugares como el ghetto *, los campos de concentración y casa ajenas de judíos, su vida se desvaneció con una bala que había atravesado su corazón, una bala que un judío valiente disparó. Lo más extraño es que yo estuve en ese momento y simplemente no hubo rencor hacia ese chico que disparó, más que admiración, claro que de inmediato lo mataron, pero en mi mente quedó grabado su nombre; Julian Blackthorn.
Y era por ese chicos y otros como él que sabía que el país no estaba tan podrido y no todos se dejaban someter, aunque claro, al desobedecer eran sentenciados a muerte.
Después de unos días de la muerte de mi padre, uno de los subordinados de la Gestapo vino a buscarme excusándose que requerían mi presencia en donde antes era la oficina de mi padre.
En ese momento temí por mi mujer, pero sabía que si seguía su juego no corría tanto peligro. Al llegar hasta el lugar donde se me pidió, varios miembros y ex compañeros de mi padre me rodearon.
- Gideon, lamentamos tanto la muerte de tu padre y como sabrás, él fue uno de los más respetados. Así que nos gustaría que alguien ocupara ese lugar y ¡quién mejor que su primogénito! - sonrió el hombre de pelo platinado y ojos verdes.
Los nervios me estaban carcomiendo, yo no quería formar parte de su sádico círculo que se dedicaba a arruinar la vida de otros, pero si no aceptaba, temía tanto por la vida de Sophie.
- Sólo que hay un problema y es que no puedo dejar sola a mi esposa. - admití con sinceridad. Y varios soltaron una carcajada.
Una pesada mano se dejó caer en mi hombro.
- Muchacho. No necesitarás de tu esposa estando con nosotros - se acercó a mí oído -, tenemos mujeres con un cuerpo hermoso a nuestra disposición. Tu mujer nunca se enterará, a demás le daremos una de nuestras sirvientas para que no se sienta sola.
Vaya, ahora veo porque a mi padre le gustaba estar aquí, es el tipo de ambiente que él escogería. Y sin embargo, yo no soy como él y definitivamente no me iba a revolcar con mujeres que no conocía, porque para mí sólo hay una mujer a la cual amar y esa es mi esposa.
- Entonces, ¿qué dice señor Lightwood, se anima a unirse al equipo? - su aliento estaba cargado de peste alcohólica.
No quería arriesgar la vida de Sophie, así que simplemente dije: - Sí.
Al llegar a casa mi hermosa chica me esperaba con los brazos abiertos y una cara de angustia enorme. Envolví su delgado cuerpo y aspiré su aroma, ese que tanto me calma porque me hace sentir en casa. Tomó mi rostro entre sus suaves manos y me miró con esos bonitos ojos avellana que tanto me enloquecían.
- Estaba tan preocupada por tí. No sabía si ibas a regresar. - susurró y yo acaricié su mejilla rosada.
- Siempre regreso a tí y lo sabes. Eres mi hogar. - se aferró a mis brazos y lloró.
La sostuve por un largo tiempo hasta que se calmó. Sorbió y me miró con un sonrisa.
- Hay algo que tengo que decirte - me llevó de la mano hasta la habitación que compartíamos. -, espera aquí, no te muevas.
Me senté en los pies de la cama matrimonial y esperé, la ví entrar en el baño para después de un momento verla salir con una enorme sonrisa y en sus manos traía una caja pequeña color amarillo. Me miró insegura y puso la caja en mis manos, esto era un poco raro, pero lindo. Me gustaba las cosas espontáneas que ella hacía.
- Abre. - susurró.
Abrí la caja y en ella había... ¿cómo se llaman esas cosas extrañas? ¿Embaracitora? ¿prueba? ¿embarazo prueba? ¡Ah! Prueba de embara... Ví las dos rayitas, sabía lo que significa, demonios, lo sabía.
Tiré a un lado la cosa esa y la abracé con fuerza elevándola y dando vueltas por la habitación riendo como un tonto. La besé en cualquier lado que me fuera posible. La amaba, joder, amaba tanto a esta mujer que sentía mi corazón a punto de explotar. ¿Cómo podían esos hombres irse con otra que no fuera su mujer? Yo era gloriosamente feliz con mi esposa.
- Seremos papás, Gideon. - susurró contra mis labios y aún podía sentir su sonrisa.
- Lo seremos. - le dije para besarla de nuevo.
Todo era maravilloso, hasta que recordé el porqué había salido de casa tan temprano. La solté y tomé sus manos.
- Hay algo que también debo decirte. - ella se puso seria y eso dolió.
- ¿El qué? - preguntó con temor.
- Saldré de casa por un tiempo - ella me miró confundida -, trabajaré en la Gestapo.
Aún recordaba la cara de horror que puso, nunca había dolido tanto separarme de ella, ellos. Y por alguna extraña razón me sentí tan conmovido de ver a esos dos chicos, uno sujetando al otro para no caer. Era claro que había amor entre ellos, sus ojos lo gritaban, pero este no era lugar para demostrar afecto así que actúe y me sentí afortunado de verlos antes que otra persona. Ellos merecían una oportunidad de ser feliz, al menos una vez en su vida, así como yo lo fuí con Sophie.
...
Tercer Reich: Reich, en alemán, quiere decir 'Imperio'. Y el tercero fue el que se adjudicó el gobierno de Hitler. *
Führer: Líder de Alemania.*
Ghetto: Eran distritos urbanos en los cuales los alemanes forzaron a la población judía a vivir en condiciones miserables. Los ghettos aislaban a los judíos, separándolos de la población no judía así como de las otras comunidades judías. *
¿Qué les pareció leer la perspectiva de Gideon? ¿Les gustó? ¡Ahora ya saben quién ayudó a Malec!
Nos leemos después, galletitas. 💜

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Amor en guerra. (Malec)
Fanfiction"El mundo podrá estar en guerra, pero jamás nuestros corazones". Así que lo único que está en guerra es la vida y la muerte de dos chicos que se enamoran en los famosos campos de concentración durante la segunda guerra mundial. Alec y Magnus luchará...