Problema en la escuela: Kim JongDae.

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Pasé de página cuando terminé de leer. Sorbí de la pajilla del jugo de mango, moviendo mis ojos sobre las hojas que simplemente me complace olerlas nuevas. También hace que olvide muchas cosas, metiendo en mi mente imágenes sobre las escenas que leo.

Pero no todo lo bueno dura para siempre.

Mi libro es arrebatado sorpresivamente de mis manos, dejándome desconcertado aunque sepa de sobra quién es. El único problema en la escuela: Kim Jongdae. O como mejor conocido como Chen, un chico un poco más alto que yo, viste mayormente de negro, con botas algo brillantes. Una chaqueta de cuero, y lleva una perforación en el labio inferior. Sonrió burlón.

A todos los chicos de los que me enamoré —leyó. Lanzó el libro a mi dirección, sin llegar a lastimarme realmente. Así era él, no me pegaba, tampoco me lastimaba psicológicamente, solo se empeñaba en fastidiarme—. ¿De verdad, gatito?

Rodé los ojos. Llevaba diciéndome así desde casi el primer año, pues, según él, parezco un gatito. Un pequeño y débil gatito. Por supuesto que eso es todo menos algo cariñoso.

—Qué te importa.

—Oh —se llevó una mano al pecho de forma dramática—, yo que iba a leer contigo.

—No quiero compañía, gracias —sonreí forzadamente.

Chen se sentó a mi lado, haciendo que por un momento fuese a creer que de verdad iba a ponerse a leer conmigo. Estaba claro que no sería así. Solo quitó el jugo de mis manos y beber, señalar al centro de mi camisa para luego subir el dedo y tocarme la nariz. Se burló, por supuesto que lo hizo. Su jodida risa aún resonaba en mi mente cuando me frotó el cabello, se levantó y se fue; justo en el momento que el timbre sonó.

Apreté los labios. Estúpido Jongdae.

Me levanté de igual manera. Nuestra relación es conocida probablemente por todo el Instituto Baekseok: mala. Saben que él no me agrada por cada una de las cosas que ha hecho para lograr arruinar el día con su presencia, por más que intente esconderme terminará encontrándome. Hasta los profesores saben las cosas que me hace, pero no le dicen nada, porque si por Chen fuera, podría comprar el edificio. También yo, pero no es mi estilo amenazar a las personas ni presumir del dinero que tengo. Sé que no conseguiré buenas cosas con eso.

Mis padres son dueños de una empresa que ellos mismo montaron: KM Agency, o al menos ese es el nombre internacional utilizado. En mi infancia, a pesar de su trabajo, no me faltó atención. Ni siquiera ahora. Que sí, tienen sus viajes de negocios y todo eso. Cuando llegaban, iban directo a mi habitación por las mañanas a despertarme con cosquillas, comida o cantando. Éste último me gustaba más, la voz armónica de mamá llegaba a tranquilizarme.

A pesar de ser callado, me permití tener una que otra amistad. Aunque ninguna resultaba confiable. Eso hasta que conocí a Luhan; un chico proveniente de china, en mi secundaria. Era muy lindo, en varios aspectos, me refiero. Volvió a su hogar al cruzar la preparatoria, y no tuve otro contacto con él. Nunca supe por qué.

Y ahora tenía a dos personas muy cercanas: Baekhyun y Kyungsoo. Ellos son sinceros con lo que dicen y hacen, por eso no hubo duda sobre si estaban interesados. Creo que a ninguno le importaba lo más mínimo si era heredero de una gran fortuna. Incluso a veces lograban que Jongdae no se acercara.

Me senté en frente de la tercera fila al llegar al salón.

—¡Xiumin! —Baekhyun parecía algo alterado— ¿Dónde estabas?

—Ya saben donde —me encogí de hombros—. A pesar de llevar una semana sin que me encontrara ahí, lo logró.

Kyungsoo suspiró. ¿En qué momento se sentó a mi lado?

—Ese tipo no tiene remedio, quisiera golpearlo.

Asentí. Yo también. Pero no tenía el valor de hacerlo y Kyungsoo, por su posición, sí podía causarle problemas a sus padres.

—Ya no importa, chicos, volveré con ustedes en el receso.

Subí mis gafas con el dedo índice.

Al menos así tendría más valor.

💍

Salí de la clase de arte con un montón de papeles en mis manos. Tendríamos que presentar una obra de teatro para diciembre, donde a mí me tocaba ser el villano. Saber que vas a morir al final no es tan bonito.

—Mira el lado bueno —me animó Baekhyun—, al menos tendrás un papel importante.

—Y no serás pareja de una tonta.

Kyungsoo tenía la suerte —o desgracia para él— de ser el protagonista. Y su pareja era Krystal, una chica que para nada era de su agrado.

Mi sonrisa se mantuvo intacta por las burlas de Baekhyun hacia el menor, eso hasta que Kyugsoo decidió darle un golpe. Iba tan entretenido riéndome delante de ellos, que no me di cuenta cuando Jongdae pasó, tirando mis papeles.

—¡¿Qué te pasa, imbécil?!

Quedé atónito, viendo el tiradero en el suelo.

—¡Dios! Lo siento tanto, Minseok.

La expresión de su rostro era completamente falsa. ¡Cuándo dejará de joderme la vida!

—Tú no te vas —Kyungsoo alcanzó a detenerlo de la chaqueta mientras yo me agachaba a recoger los papeles—. O ayudas, o...

—¿Qué? ¿Vas a obligarme?

—Te juro que golpearé tu cabeza hasta quemar tu inexistente cerebro.

—Inténtalo si puedes, pequeño.

Kyungsoo estaba a punto de levantar el puño, sin embargo, una voz se oyó por el pasillo. El profesor Jungsoo se acercó.

—Chicos, ¿qué sucede?

—¡Profesor! —Baekhyun corrió hacia él— Chen nos está molestando.

Formó un puchero. Jungsoo alzó una ceja, miró primero a Jongdae y luego a mí. Suspiró.

—Salgan de una vez, porque cerrarán la puerta. Y no creo que quieran quedarse toda la tarde con el conserje, ¿o sí?

—Profesor, justo iba a hablar con usted.

—Tendrá que ser mañana, Jongdae. Hubieras llegado antes.

Los tres soltamos una risa por lo bajo cuando Chen se quedó con la boca entreabierta.

Nos dimos prisa en irnos de ahí. Sino, podría pasar algo peor. Por suerte era viernes, por lo tanto no tendría que verlo en dos días.

Dos días que disfrutaba muchísimo.

"Comprometidos". [ChenMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora