La casa de Jongdae tiene un cierto parecido a la mía. Tiene un jardín enorme, el cual tenemos que cruzar primero en coche antes de llegar. Es grande, pintada de blanco y con muchos adornos florales. Se nota que a Minjung le encantan.
No es por mala persona, pero esperaba mucho que su madre no estuviera. Más que nada porque se parecía a esas niñas de primer grado de la escuela que les encantaba verme con Jongdae. Sea como sea, sé que ellas estaban viéndonos. Suerte fue en la salida que no se aparecieron. A veces pienso que pueden tener sus cámaras llenas de fotos sobre nosotros.
Y no tengo idea de qué podría llegar hacer su madre.
Por otro lado, el interior de la casa grande... o mansión, es completamente distinta. El comedor en la mía se encuentra justo en el umbral del frente, mientras que en ésta tenemos que viajar por un pasillo. Al menos eso me explica el propio Jongdae.
Cuando apenas pisamos el primer escalón, se oyen tacones sonando apurados por el suelo liso y limpio. Esperaba, sobre todo, que no fuera su madre.
—¡Joven Jongdae! —puedo suspirar aliviado. Es una chica, vestida de la misma forma como estaría Byulyi, así que supuse que también era su cocinera.
Ella, a causa del piso resbaladizo, no logra frenar. Jongdae la toma en brazos evitando que caiga.
—J-joven Jongdae... —sus mejillas se vuelven rosáceas—, tiene un llamada pendiente del joven Oh.
Chen hace que se ponga recta, soltando su cuerpo.
—¿Sehun de nuevo?
—Sí. Uhm..., dijo que quería comunicarle algo y..., y colgó.
Su actitud me recordaba un poco a mí. ¿Era así de tímido cuando se trataba de Jongdae? En un relación, claro. En nuestro tiempo de rivalidad era distinto.
—Está bien. Gracias por decirme, Tiffany.
Tiffany asiente con una sonrisa de oreja a oreja, perdida. Jongdae gira sobre sus talones, pero yo me quedo unos segundos todavía mirándola. Entonces lo noto: su gentil y tierna sonrisa se vuelve una mueca de disgusto, sumado a esos ojos fulminantes que me dirige.
Es un completo embuste.
Giro rápidamente hacia Jongdae con el temor creciendo en mi cuerpo. No es que me de miedo una joven quizá de mi edad, mas esa mirada tenía mucho que decir.
—O-oye —Chen suelta un murmullo que me indica su atención—, ¿acaso ella...?
—¿Es la ama de llaves? Sí. También cocinera, limpia parte de la casa y...
—Eso ya lo sé —bufo—, es muy obvio. Me refiero a que si tuviste algo con ella.
—¿Algo como qué, Baozi?
—Pues. Ya sabes —Jongdae se detiene justo enfrente de una puerta de madera que tiene un pequeño dinosaurio verde en el centro y abajo de éste dice "está ocupado"—: una relación.
Suelta una sonora carcajada. Después saca unas llaves de su bolsillo para abrir aquella puerta. ¿Tanto así es su privacidad? Debería sentirme afortunado.
—Cómo crees —me permite entrar primero. Él tiene incluso mucho más cosas para decorar que yo—. Ella es solo una empleda, ¿sabes? Y aunque sea de mi edad, y bien podría ser mi novia; no me gusta.
—¿Por qué no? Es muy linda.
Tengo la confianza para poder sentarme en su cama y acariciar las sábanas de terciopelo que la adornaban.
—¿Lo dices en serio? Si tuviera algo con Tiffany, ni siquiera tomaría este "comprometidos" —remarca, señalándose a sí mismo y luego a mí— importante. Y, si lo hubiera tenido, no estaría trabajando aquí. ¿Entiendes?
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"Comprometidos". [ChenMin]
FanfictionBaekseok es de las escuelas más importantes de Corea del Sur, donde únicamente asiste gente sobre el poder del dinero. Y su padre era dueño de una de las empresas más grandes: KM Agency. También existía la empresa JC, que llevaban el mismo nivel de...