Viaje hacia China.

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En una de las horas libres que tuve, sentí mucho alivio porque no me encontré con Jongdae. ¡Mejor! Después de la vergüenza que pasé. Aunque haber admitido en voz alta que me gustaba, no cambiaba mucho.
Es decir, ¿qué pasa si Jongdae no sentía lo mismo? Quedaría demasiado apenado y resultaría más incómodo llevar esta situación de lo que ya es; bien podía decirle que era por el trato. Sería una mejor idea y así me evitaría de sonrojos.

Mojé mi rostro y me miré al espejo. Continuaba rojo, por cada vez que recordaba el rostro de Chen entrando a la clase del profesor Jungsoo con unos sobres en sus brazos. ¿Cómo es que había pasado de no agradarme a gustarme? Gustar de forma que me atrae Jongdae. A decir verdad, últimamente pensaba mucho en él, también hablaba sobre él —mucho antes de estar comprometidos—; tanto, que Kyungsoo dijo que me callara de una vez. No sé por qué todavía tengo dudas aún cuando está claro. Quizá sea por temor.

La perilla de la puerta siendo girada de los baños en donde me encontraba hizo que saltara. Por suerte no era nadie, solo un alumnos más, que me miró con las cejas fruncidas, algo confundido por mi reacción. Decidí salir e ir a esconderme en otro sitio. Verifiqué que no hubiera alguien en el pasillo (porque seguro que mis compañeros estaban en el patio) y corrí hacia el otro extremo del corredor. Sin embargo, y antes de llegar, una de las vigilantes se puso enfrente de mí. Frené de golpe.

—Kim Minseok —habló firme—, ¿qué hace corriendo por los pasillos?

—Y-yo...

—Ah, eso no importa —rodó sus ojos—. Lo solicitan en la dirección. Andando.

—¡Pero! —iba a protestar, pues la hora casi terminaría y ni siquiera tuve tiempo de disfrutarla por pensar en tonterías, aunque no me dejó hacerlo. Levantó una ceja y volvió a repetirlo, así que no tuve otra opción más que hacer caso.

La vigilante iba caminando realmente rápido, hasta parecía que corría. Mantenía su expresión neutra y observaba sutilmente alrededor aunque no hubiera nadie. Justo cuando llegamos con la secretaria del director Youngwon, la campana sonó. Ella entró sin avisar, pero cerró la puerta inmediatamente y miró a la secretaria con una mueca ésta solo se encogió de hombros. Finalmente, la puerta volvió a abrirse, dejando ver al profesor Jungsoo (quien había estado hace una hora dándome clase) algo sudado, con el cabello alborotado, su ropa desalineada y los labios hinchados. No debía ser genio para saber qué pasaba. Carraspeó.

—¿Minseok? ¿Tú, aquí?

—Debería preguntar lo mismo, profesor.

Jungsoo apartó la mirada, luego se hizo a un lado para que pudiéramos abrir la puerta. El caso del director era parecido, con diferencia de que él no tenía su camisa alzada, sino con los botones fuera de su ojal.

—Ah, Kim Minseok —se pasó una mano por su frente—. ¿Ya estás listo?

—¿Para qué?

—¿No te dijo? —miró a la vigilante, incrédulo.

—Me pareció correcto que le informara usted, director Youngwon.

—Claro, claro —se aclaró la garganta—. Minseok, tu madre ha llamado hace unos minutos, y nos pidió que te comentemos sobre un viaje hacia China. Tus guardaespaldas vendrán por ti en... —miró el reloj que portaba en su muñeca— vein- no: diez minutos.

—¿Qué?

Ciertamente mamá me había hablado algo sobre eso, cosas como "Luego presentación en China". Creí que se refería a la empresa y no exactamente a nosotros, ahora seguramente vendrán por mi para llevarme al aeropuerto y de ahí viajar. No me molestaba, seguramente podría volver a ver a Luhan, el problema es que también irá Jongdae. Y no es como si estuviera muy listo para enfrentarlo cara a cara.

"Comprometidos". [ChenMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora