- Tiempo atrás 3 -

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Mamá me dio un beso en la mejilla mientras terminaba de abrochar el chaleco.

—Te comportas muy bien hoy, eh, Dae.

—Sí, mami —asentí efusivamente.

Hoy era mi primer día en la escuela primaria, y a diferencia de los demás niños (pocos que conozco) yo sí tenía muchas ganas de ir. Mis padres me informaron desde antes que estarían trabajando en la agencia, por lo tanto tendría que pedirle a una de las cocineras que me ayudara con lo que sea.

—Y en la tarde le dices a Woo que te lleve a tus clases de canto.

—Pero —formé un puchero—, Woo me da miedo. Es muy alto, mami.

Ella se limitó a reír encantada. No mentía, realmente Jung Wooseok era demasiado alto, incluso creo que llega a crecer cada día más. Y después me lanzaba una mirada asesina cuando interrumpía su plática, al parecer, muy animada con el jardinero.

—Ya está —dijo papá—. Dae, te esperan abajo. No queremos que se haga tarde tu primer día, ¿verdad?

—No —canté.

Me despedí de ambos, bajé corriendo las escaleras y tomé mi mochila con diseño de ToyStory que colgaba en el perchero de la entrada. Me subí rápidamente en aquel coche negro donde ya se encontraba recargado Wooseok. Murmuré un breve "buenos días" con el temor a que estuviera molesto por tardar.

El coche arrancó. A medida de que iba cruzando por el enorme jardín, me preguntaba como un niño si sería fácil conseguir amigos nuevos. Es decir, a pesar de no estar en escuelas comunes, los niños que conocen mi nombre y apellido se alejan completamente, algunos por temor y otros por envidia. También es fácil descifrar el interés. Por eso mismo no estaba muy seguro de cómo sería mi primaria.

Sentí que el camino estaba siendo bastante largo para mi gusto. Ojalá no viviera tan apartado de la ciudad. Me conformé cuando comencé a ver varios niños y adolescentes con mochilas y caminando hacia diferentes partes. Hasta que logré diferenciar un no muy grande jardín como el de mi casa, mi emoción creció. Salté levemente en el asiento, pegando mi frente a la ventana.

—Wow —exclamé por lo bajo.

Nos detuvimos justo enfrente de unas rejas blancas abiertas donde ya empezaban a entrar varias personas. Mucho de ellos parecían gente de clase alta.

—Es aquí, puede bajarse ya.

—Gracias —dije con una sonrisa de oreja a oreja. Wooseok asintió, dándole a mi imaginación lo que figuró como una sonrisa devuelta.

Bajé de prisa del auto y entré decidido a aquel lugar. Pude notar a simple vista cómo algunos todavía le regaban a sus padres que no los dejaran en este "infierno". Para mí no lo era, prefería estar aquí que solo en casa; sin mis padres.

De repente, algo que chilló después, golpeó mi cabeza.

—¡Ouch! —giré sobre mis talones mientras sobaba la parte afectada.

—¡Oh, lo siento tanto! —un niño llegó corriendo por la pelota roja que me pegó— Quería pegarle al que está allá —señaló hacia alguien un par de metros alejado de mí, mucho más bajito—. ¿Te duele?

—No, cómo crees, sentí bonito.

El niño soltó una carcajada.

—Ya me agradas. Soy Byun Baekhyun, mucho gusto —extendió su mano hacia mí. En realidad sí había oído hablar sobre los Byun, su padre podría ser perfectamente el más atractivo de Seúl.

"Comprometidos". [ChenMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora