Estar dispuesto.

2K 269 31
                                    

Sentía un dolor horrible en la punta de mi cabeza. ¿Cómo llegué a la cama? No, más importante, de qué forma salí de esa fiesta. Sinceramente, luego de haber bailado la primera canción, supe que esto iba a terminar peor. Incluso llegué a creer que despertaría en el suelo de ese lugar. Sin embargo, siento blando debajo mío y una calidez a mi espalda.

Si me pongo a pensar de mejor manera las cosas, ¿Jongdae de verdad no se habría apiadado de mí? Una pobre alma que probó por primera vez el alcohol. Jamás volveré a hacerlo.

Cuando por fin puedo acostumbrarme a la poca luz que trasmite el sol, abro lentamente mis ojos. Efectivamente: he llegado con bien a la habitación. Puedo sorprenderme cuando no siento el olor a cervezas proveniente de mi cuerpo, sino a jabón de lavanda; más al notar que llevo mi pijama puesta. Luego, solo hasta el final, me doy cuenta de que mi almohada respira. Alzo mi cuerpo de golpe. Jongdae sonríe.

—No me mires así, ha sido tu idea.

Mi sonrojo vuelve.

—Dime que recuerdas tooodo lo que hiciste y dijiste anoche.

—Y-yo... —en realidad no completamente—, quizá poco.

—¿En serio? —parecía decepcionado— Ya. Mira, digamos que hiciste una escena en la fiesta, y bailaste no tan adecuadamente. Hasta hiciste algo parecido a un ritual extraño con Tao.

Tapo mi rostro a causa de la vergüenza. ¿De verdad hice el ridículo en una reunión o fiesta de conferencia gracias a unos tragos? Mi padres deberían no permitirme venir con ellos.

—¿Eso puede salir en el periódico? —pregunto con timidez, esperando que la respuesta sea negativa. Sin embargo, Jongdae asiente—. Seguramente Baekhyun se burlará de mí.

—¿Baekhyun? Oh, no: toda la escuela se burlara de ti.

Comienza a reírse y no puedo hacer más que tomar una de las almohadas para lanzarla en dirección a su cara. El gesto le sorprendió.

—¿Por qué?

—Para que te calles, Chen.

—Solo es la realidad, Minseok, nada más. Oye, oye, ¿adónde vas?

Se levanta para tomar de mi muñeca y detenerme antes de llegar a la puerta.

—Me voy a enterrar vivo.

—¡Ya! —tira de mí antes de siquiera tocar el picaporte— No seas exagerado, Minseok. Nadie verá todo lo que hiciste, porque el hijo del señor Zhang está involucrado, y le pidió a los periodistas que no escribieran o tomaran fotos.

Puedo suspirar aliviado. Genial. Es que ni yo mismo puedo imaginarlo, ¿qué tanto habré dicho? Ojalá nada sobre los secretos de mis amigos, sino estaré en grandes problemas. Cuando me doy cuenta de otra cosa, golpeo su hombro.

—¡Jugaste conmigo! —continúo golpeándolo.

—Fue un broma nada más. ¡Ouch! ¡Basta! —toma ambas de mis manos entre las suyas. Solo de esa manera, estando más cerca de él, logro estar quieto—. Ah, sí, tenemos que estar abajo a las... —mira el reloj que cuelga arriba de la puerta del baño. Faltan veinte para las once—; en diez minutos. 

—¡¿Y por qué no me despertaste antes?!

Estuve dispuesto a tomar fuerzas y soltarme de él para de esa manera arreglar mis cosas. Seguramente pronto nos iríamos, pues, supongo, mi prometido y yo no tendremos que hacer algo más aquí. No obstante, su respuesta me dejó palideciendo. 

—Porque es bonito verte mientras duermes, ¿sabes? —acercó su rostro al mío, como si fuera en cámara lenta. No pude hacer más que huir— ¡Minseok, espera! —oí, pero ya había cerrado la puerta del baño—. Solo tienes cinco minutos. 

"Comprometidos". [ChenMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora