- Tiempo atrás 2 -

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—¡Joven Minseok!

Oí cómo Byulyi llamaba a mi puerta con leves toques y no tan bajos gritos. No estaba seguro de qué hora era, ni siquiera sentía los rayos del sol golpear mi rostro. Podía escuchar, con más claridad, los pájaros cantantes afuera. Mas yo solo quería continuar durmiendo, perderme en ese sueño de un ángel que me llevaba a viajes largos.

—¡Joven Minseok, debe ir a la escuela!

Vaya fastidio. ¡Ahora no! La escuela... y era el primer día en el instituto. Abrí mis ojos de golpe, contemplando aún la oscuridad que se colaba en mi habitado. Debería estar yendo tarde si Byulyi ha venido a levantarme. Me levanté, con las sábanas todavía enrolladas en mi cuerpo. Por supuesto que caí en el intento de hacerlo rápido.

—¡Ya voy!

Los golpes dejaron de oírse. Sabía que Byulyi estaba segura de que me he levantado ya, por eso escuché los pasos alejándose.

Con un poco de torpeza, lavé mi cara, después busqué la rapa más presentable que pude encontrar en mi armario —cabe aclarar que es casi toda— y me puse un poco de maquillaje para hombre. Delineando mis ojos, tapando mis ojeras y colocándome sombras. No tan notable, claro.

Cuando salí arreglado, tomé mi mochila encima del armario en el pasillo y entré al carro elegante. No sé por qué mis padres insistían en usarlo. Me vendría bien irme donde sea. Cruzamos en gran jardín para, por fin, que guardia nos abrió la reja. Aunque todavía no salíamos de toda la propiedad.

Llegué al instituto justo en el momento en que sonó el timbre. Me despedí del chófer —como un reemplazo a mis padres, pues ellos no regresaban aún de su viaje— y entré corriendo.

Iba demasiado apurado, que realmente no veía a las personas pasar o las evitaba como podía. Entonces, justo un par de salones antes de entrar a mi clase,  alguien de colocó enfrente de mí. Chocamos con dureza, casi sentía cómo bien pudieron aplastarse ambas cabezas.

—Mierda —murmuró él—, me saldrá un moretón. ¿Acaso no ves por dónde vas, chico?

En lugar de quejarme también, me levanté.

—Lo siento —dije, sobando mi cabeza.

Nuestros ojos se encontraron en esos momentos. Vestía de colores oscuros y llevaba un arete en su labio inferior del lado izquierdo. En ese momento, temblé. ¿Y si era de esos chicos que se metían con cualquiera? No quería terminar golpeado mi primer día de clases. Sus ojos marrones no terminaron de mirarme luego de unos segundos. Nos levantamos a la vez.

Podría tener una mejor idea: conseguir nuevos amigos. Por lo tanto, sonreí y extendí mi mano hacia él de manera amigable.

—Soy Kim Minseok, y siento mucho no haberme fijado antes.

Sentí que no aceptaría nada conmigo, pues pasaron un par de segundos. Hasta que lo hizo. Y no la soltó.

—¿No eres de KM Agency? —asentí un poco titubeante, pues no quería que alguien me hablara solo por dinero—. Soy Kim Jongdae.

Quedé estático.

—¿D-de verdad? Pues..., es un gusto.

Kim Jongdae era el hijo de los dueños de JC Agency, él poseía un poder igual al mío. Mis padres me habían contado sobre esa agencia, mas no consideré que Jongdae estudiaría en la misma escuela que yo. ¡Ni siquiera sé quiénes son sus padres! Aparté mi mano. Seguro no era buena idea tener algún tipo de relación con él.

—Bueno, me tengo que ir.

No esperé respuesta. Entré corriendo a mi clase.

💍💍💍

Las semanas pasaron y efectivamente no volví a hablar con Kim Jongdae. Lo ignoré a toda costa. Es decir, no es que me desagradara, ni siquiera he tenido una conversación de más de cinco minutos. Es amigo de Oh Sehun, según parece. A veces veo que le está gritando y no estoy seguro si es juego o de verdad.

Por otro lado, se ha corrido el rumor de que desde un inicio se acostó con la primera chica que se puso enfrente. No podía creerlo, ¿cómo es que era así? No conocía de nada a Jongdae, pero estaba seguro que no era el tipo de amigo que quisiera. Ninguna relación, de hecho. También dicen que Kim Jongdae se mete mucho en peleas, y abusa de su poder.

Vaya fastidio de persona.

Sin embargo, todo eso a mí no me importaba. Lo que realmente me frustró, fue unos días después. Estaba con Kyungsoo y Baekhyun sentados en una mesa afuera, en el patio, y hablábamos sobre algo irrelevante.

—... Y entonces mis padres dijeron que ir a la iglesia —bufó Baekhyun. Él no era hijo de un doncel, mas sus padres se divorciaron y consiguió un novio—. No, mejor dicho: fue papá. ¡Mi padrastro es lo más!

—¿Cuál? —cuestioné.

—Pues Heechul, duh —sonríe—. No me obliga a ir a la iglesia, es más, me regaló sus delineadores.

—Qué bueno que mis padres son diferentes —dice, de repente, Kyungsoo; recargando su cabeza en un puño y dándole vueltas a su batido con la pajilla. Cómo no iban a ser diferentes, tiene un parecido de ambos. La altura por parte de Ryeowook, y su actitud por Kyuhyun, dueños de las empresas Do. Un poco más bajas que yo.

En ese momento, mientras continuábamos hablando sobre trivialidades, Jongdae apareció. Con una paleta en su boca y junto a Oh Sehun. Se acercó a mí.

—Minseok —hasta mis amigos se quedaron callados—, te hablan en la dirección.

—Oh —asentí. Recordé el asunto con mi madre, quizá ella haya llamado—. Gracias.

En ese momento, me levanté.

—Solo no te vayas a caer.

Apreté mis puños. Esa misma mañana, justo cuando iba cambiando de clase, me tropecé y caí. Había creído que nadie me vio. Pero al parecer sí.

—Claro —respondí cortante. Para mi mala suerte, apenas había dado un primer paso y al siguiente, tropecé. Afortunadamente logré sostenerme de pie. 

Jongdae rió, por supuesto que lo hizo. 

—Solo te falta romperle la cabeza a alguien más, Minseok —sonrió ladino—. Pero mira qué rojo estás..., me recuerdas a un gatito. Pequeño y débil gatito. 

Desde ese momento, supe que cualquier cosa saldría mal si estaba él. 

Porque sencillamente no lo soporté. 

•••

Aquí otro tiempo atrás uwu. Espero que le haya gustado...

¡Gracias por leer! <3



&quot;Comprometidos&quot;. [ChenMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora