Narrado por Josh
Al volver a casa me di cuenta de que la madre de Tyler me había llamado varias veces.
Me sentía una mierda, ¿Cómo se suponía que iba a decirle que su hijo estaba desaparecido?
Necesitaba hacer algo rápido, me arrepentía de no haber intentado hablar con otro policía pero en ese momento lo único que había conseguido hacer era irme.
Llamé a Jenna, era una de las que peor había estado desde que ocurrió todo esto, además de que era la mejor amiga de Tyler, estaba seguro de que podría ayudarme.
—Hola Josh...— por su voz se notaba que había estado llorando.
—Jenna...¿Puedes venir a nuestra casa? Necesito hablar sobre Tyler.— intenté hablar lo más normal posible, aunque realmente seguía con una ansiedad bastante fuerte, notaba que iba a tener otro ataque en cualquier momento.
—Estaré ahí en 10 minutos.— colgó y yo dejé el móvil sobre la mesa.
Me senté y empecé a pensar en todas las cosas que habían pasado.
No había pensado en los mensajes con amenazas hasta ahora, tampoco había pensado en los ruidos que Tyler siempre escuchaba, sobretodo cuando yo no estaba cerca, en alguna ocasión había escuchado algunos de esos ruidos pero intentaba calmarlo diciéndole que seguro que era el viento, alguna rama o algo de ese tipo.
Habían pasado muchas cosas extrañas y cuanto más recordaba esas cosas, más me preocupaba.
Tyler no se merecía nada de lo que le había pasado.
Mi cabeza estaba hecha un desastre, no podía parar de pensar, ¿y si le habían hecho daño? ¿y si lo estaban torturando? estaba pensando en demasiadas cosas y cada una me hacía sentir peor que la anterior, solo pensar en que alguien podía estar haciéndole daño o incluso algo peor sin que yo pudiera ayudarle me hacía sentir con una impotencia increíble, ¡No había sido capaz de protegerlo cuando más lo necesitaba y por mi culpa no estaba aquí!
El ruido del timbre hizo que me moviera del sitio, abrí la puerta y tras saludar a Jenna con un abrazo que quizás duró demasiado por el hecho de que los dos estábamos intentando no echarnos a llorar ahí mismo, pasamos al salón.
Después de un rato de silencio suspiré.
—Estoy seguro de que Tyler no se ha ido por su cuenta.— Jenna me miró y yo miré al suelo después de tragar saliva.— Hoy en las noticias vi que...— me interrumpió.
—¿Las desapariciones?— asentí lentamente, no quería decirlo, no quería pensar en que alguien podía haberle hecho algo.— Yo también lo vi...— su tono de voz había bajado bastante.— ¿Has ido a la policía?— la miré y pude notar como sus ojos estaban muy llorosos, aunque los míos no estaban de otra forma.
—N-no me hicieron caso...— mi voz salió más aguda, solo quería llorar.
—¿C-como que no...?— negué con la cabeza mientras un par de lágrimas empezaban a caer.— P-pero...t-tienen que hacerte caso, estamos hablando de una d-desaparición...— ahora estábamos los dos llorando.
—E-es que... fui nada más vi las n-noticias p-pero el policía con el que hablé me dijo que dejara de molestar... Así que volví a casa p-porque además tengo pistas y...— volvió a interrumpirme.
—Espera...¿Tienes pistas?— asentí y me levanté.
—Creo que Tyler sigue guardando todas las cosas además me acuerdo de lo que me iba contando...— se quedó unos segundos en silencio.
—¿Podrías traerlo...? Por favor.— volví a asentir, fui a la habitación y busqué en el sitio en el que vi la caja por última vez.
Cuando la encontré me costó bastante sacarla, no porque estuviera escondida, sino porque todavía no podía creer lo que estaba pasando.
Lo extrañaba, joder si lo extrañaba, nunca había extrañado tanto a alguien, y ¿sabes esa parte de tí mismo que te hace pensar de la peor forma sobre algo y que no puedes parar por mucho que quieras? digamos que esa parte no ayudaba mucho, no quería ni pensar en que había posibilidades de no volver a verlo.
Lo necesitaba más que a nada del mundo.
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