Capítulo 11 - Lyoko

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En ese momento no entendía muy bien lo que estaba haciendo, y empecé a dudar sobre si de verdad quería hacerlo.

- ¡Espera! ¿Cómo vamos a ir ahí? -le dije con un tono de preocupación.

- Oh ¡Eso es muy fácil! ¿Te acuerdas de los escáneres que están en el piso -2? Pues lo único que tenemos que hacer es introducir las coordenadas del sector al que queremos ir en el superordenador, dirigirlas a los escáneres y ya estaría. Esto... ¿Tú sabes hacerlo? -me dijo William entusiasmado con ganas de ir a Lyoko.

Como parecía que él no tenía ni idea de cómo programar el superordenador, me acerqué yo al terminal, me volví a sentar y empecé a investigar cómo ir. Entonces con el código adecuado, encontré unos archivos de... ¿Transmisión? No tenía ni idea de que eran y los exploré para conocer su contenido. Parecían ser unos programas para el transporte de un ser humano o entidad al mundo virtual y me di cuenta de que contenían todo lo necesario para ser ejecutados, esto es, añadir una nueva entidad en el sistema, realizar el proceso de virtualización y traerlo de vuelta al mundo real.

Entonces hice lo siguiente. Observé que William ya tenía un perfil creado en el superordenador, el cual era como una carta y un avatar que contenía su imagen, entonces creé uno en blanco para una entidad que no había viajado todavía al mundo virtual y programé el superordenador con las coordenadas de uno de los 5 sectores.

- Muy bien, pues... Creo que esto ya está. -le dije a William mientras me levantaba de la silla y me dirigía hacia él.

- ¡Perfecto! Tengo una idea, en vez de ir por el ascensor vamos a tomar una ruta alternativa la cual conduce al mismo destino. -me dijo mientras cambiaba la mirada de dirección.

William se acercó a una de las paredes de la sala en la que había como una pequeña trampilla, la desplazó hacia un lado y justo debajo, se ocultaban unas escaleras que conducían al piso inferior. Empezamos a bajar las escaleras y llegamos a la sala de los escáneres, la cual se ubicaba en el piso -2. Las compuertas de los 3 escáneres estaban abiertas y cada uno tenía que decidir en cual entrar.

- ¡Tu primero, vamos, lo pasaremos bien! -me dijo William pegándome un pequeño empujón.

Con miedo en el cuerpo, entré en el escáner central y me quedé esperando mientras que William, entraba en el de mi derecha.

- ¡Ahora nos vemos! -me dijo y de repente la compuerta de su escáner se cerró.

Estaba tan asustado que solo opté por cerrar los ojos y esperar el resultado. La compuerta de mi escáner también se cerró. Empecé a notar como un aire agradable recorría mi cuerpo desde los pies hasta la cabeza y hacía mover mi pelo, después un elemento ubicado en los bordes del escáner empezó a rodearme desde la cabeza hasta los pies mientras este rotaba a gran velocidad, y por último, un chispazo de luz apareció y me desvanecí por completo.

Por 3 segundos no notaba vida en mí, pero después, todo cambió. Aparecí convertido en una carcasa digital la cual en 2 segundos, se llenó de partículas y finalmente, caí a una plataforma de color morado suspendida en el aire. Si os digo la verdad, no caí correctamente, sino que caí de culo. Me hice un daño tremendo, entonces grité :

- ¡Pero a quién demonios se le ocurre...! -detuve mis palabras en un momento, al subir la cabeza y observar a William.

- ¿Y bien? ¡Bienvenido a Lyoko! -me dijo mientras que agarraba una espada enorme y vestía un conjunto de ropa diferente al real.

William me ofreció su mano, me levanté del suelo y observé el mundo virtual. El clima era bastante cálido y agradable, había muchas montañas y observé un plano de niebla. Al igual que William, a mí también me cambió la ropa. Esta vez llevaba una especie de armadura esquelética alrededor de mi cuerpo que descendía desde mi pecho hasta mi cintura junto con un traje de color verde claro. A primera vista, en cuestión de armas, yo no tenía nada más que esa armadura pero luego, al mirar mis muñecas, observé que había dos canales de salida para que dos objetos hicieran su aparición. Entonces agité las muñecas y salieron dos látigos los cuales, pasados 1 segundo de su salida, se electrificaron gracias a la armadura que contenía dos generadores de energía en la parte central de mi espalda, simétricamente uno separado del otro.

- ¡Impresionante! -dije impactado por lo que estaba viendo.

No sabía que estaba pasando en realidad, pero lo que sentía en ese momento, era una sensación de bienestar en mi cuerpo.

- ¿Quieres investigarlo más a fondo? -me preguntó William mientras me echaba una mirada desafiante.

- ¡Sí! -le dije con una sonrisa maléfica en mi rostro.

Código Lyoko : La resurrección del malDonde viven las historias. Descúbrelo ahora