• Mistake •

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Treinta minutos.

En ello empezarían las clases regulares y como nunca, Bakugō llegó antes que los demás.

Necesitaba saber todo, pero al mismo tiempo no quería preguntar nada. Dilema sin respuesta para su inexperiencia en esos temas, y que le llevó a maniobras desesperadas pues, si bien nunca usó su celular más que para calmar a la loca que tenía por madre o reírse de los constantes memes de Kirishima, durante los días que estuvo apartado del resto, fue eso o destruir todo lo que había en la casa de la indignación.

Los textos que envió eran simples y eficientes: "Hola", "bien", "okay", "ya duérmete". Una muestra de que estaba ahí pero no, y con resultados más que eficientes pues por cada mísera palabra, el pecoso enviaba un mensaje detallando hasta lo que comió.

Era lindo,
asquerosamente lindo.

A veces le veía escribir y borrar, luego preguntándose qué era de lo que tanto se arrepentía.

...

Meditando todo ello juega con su lápiz, bailando entre sus dedos hasta romperlo.
Suerte que había tocado cambio de puestos, pues de tenerle cerca le mataría por incompetente.

Todo su plan arruinado por culpa de su poca asertividad, pues resulta que llegó, pero no sólo. Apareció con Iida, Ochako y como siempre... Todoroki.

Entró y dudó antes de realizar un saludo aparentemente normal, el que se escuchó por toda la sala de clases.
Su condenada sonrisa era radiante y disipó rápidamente la furia que tenía por su inútil madrugar.

"Buenos días, Kacchan"

Normalmente reclamaría por el apodo, pero hoy se le olvidó. Todavía seguía atontado mirándole. De alguna extraña forma se veía todavía más atractivo el día de hoy, aunque podía ser sólo una impresión, pues luego de buscar cambios por todos lados, no encuentra ninguno.

Sigue igual: Bajo, pecoso y con el cabello arremolinado.

— ¿Qué quieres?

— Hubo cambio de sillas hoy, ¿qué número sacaste?

— Diez. — contesta mostrando el papel arrugado, luego de ver que claramente no le tocó cerca de él.

— Oh... Es un buen asiento supongo, quedaste con Kirishima y Denki cerca. Yo tengo el tres, el junto a la ventana. — comenta alegre. Siempre quiso ese puesto.

«¿Dónde está Shōto?» Es lo único que Bakugō quiere saber, pero en vez de consultar por ello, se encoge de hombros y se reclina en su silla, decidido a dormir hasta que acabaran las clases.

— ¿Cómo estás?

Escucha Katsuki nuevamente al menor intentar entablar conversación. Ante lo que cansado y con cara de pocos amigos, alza el rostro.

Cuando le ve directamente, su expresión desganada cambia a sorpresa. Izuku le está mirando. Lo hace fijamente, de una forma extraña que comienza a de golpe hacerle recordar que hasta hace poco le estuvo besando sin piedad.

La tensión está, puede notarla. El calor sube a su rostro y rápidamente trata de pensar en otra cosa antes que le subiera la temperatura otra vez.

►Your Love Hurts◄ [WIP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora