Perfectly Imperfect [Norann/Noranna]

Arroz con leche

- Aquí tienes. – le dijo Anna, dándole con cuidado una taza con arroz con leche. El cual le había soplado un poco para que no estuviese tan caliente.

Norman se sentó en la cama, con cuidado de que no se le cayera el paño que tenía en la frente. Con una sonrisa aceptó la taza, soplando un poco para poder agarrar un bocado con la cuchara y comerlo.

Anna se sentó a un lado en la cama, quitándole el paño para volver a humedecerlo.

Sabía que Norman odiaba enfermar rápido, pero sin duda, le gustaba hacerse cargo de él. ¿Y porqué no? También consentirlo.

Una vez Norman hubo terminado el arroz con leche, se acostó en la cama, a la vez que Anna colocaba el trapo nuevamente húmedo en su frente. Norman sonrió con cierta culpabilidad.

- Siento mucho que tengas que hacer esto cada vez que me enfermo. – Anna negó, mirándolo tranquila y con una sonrisa.

- No me molesta. Después de todo, es mi deber como esposa.

Habían pasado años desde el escape de ese mundo. Se podía decir que llevaban una vida relativamente normal desde entonces; ¿Y cómo había acabado casándose con Anna? Eso es otra historia.

Anna estaba apunto de ir a ponerle agua fresca a la palangana, cuando los brazos de Norman la abrazaron por la cintura, haciendo que cayese a la cama con él. Se sonrojó en demasía al sentir su respiración en su cuello.

Dios, se sentía igual de nerviosa como la primera vez. Y él lo sabía.

- Permíteme ser egoísta y retenerte aquí conmigo. – le susurró al oído, provocándole un escalofrío. Anna sonrió levemente a causa de los nervios.

- A-Aun si no me lo pidieses lo haría. – él besó su cuello, con una sonrisa traviesa, aumentando más su sonrojo y nervios. - ¡N-Norman!

Él sólo rió suavemente. Anna hizo un leve puchero, para luego darse la vuelta y abrazarlo. Ocultando su rostro en su pecho.

Entretanto, Norman jugaba con su larga trenza.

- Eres malo. – murmuró más tranquila la rubia, calmándose con los latidos de su corazón. Norman sonrió.

- Tú eres muy tierna... Anna.

Ella alzó la mirada de su pecho. Perdiéndose en la mirada de su esposo, Norman juntó su frente con la de ella, importándole poco el paño húmedo.

- Gracias.

Ella sonrió, depositando un casto beso en su nariz. Agradeciéndole también en silencio.

Y se quedaron así, hasta caer dormidos, abrazándose. Siendo notoria la paz que había ahí.

-Traumada Taisho

Esto es más dulce que los chocomilks que me tomo en las mañanas, pero no me molesta xd

Ojalá les guste. ¡Gracias por el apoyo!